Planes minuciosos para soportar el peor de los huracanes
Los 'resorts' del Caribe mexicano disponen de zonas de seguridad frente a fenómenos meteorológicos
Más de 20.000 personas evacuadas de sus casas por peligro de inundación, toque de queda en las calles, corte de la electricidad y aeropuertos y demás accesos cerrados son algunas de las medidas adoptadas en el Estado mexicano de Quintana Roo, en la península de Yucatán, ante lo que se preveía un avance devastador del huracán Dean el pasado mes de agosto. Finalmente el impacto fue menor, pero la prevención responde a un sistema de alerta temprana activo en México desde el año 2000 para minimizar las consecuencias del paso de estos ciclones. Y el mismo que se activó la semana pasada en el Estado de Veracruz ante el paso del huracán Lorenzo.
El sistema de alerta temprana implementado en México está regido por un código de colores, que van del azul al rojo, pasando por el verde, el amarillo y el naranja. Cada nivel responde a un estado de la evolución del huracán. Limpieza de calles, poda de árboles, acopio de víveres, evacuación, en su caso, de la población, cierre de las comunicaciones o el toque de queda viene determinado por ese código de colores. En su coordinación se involucran tanto las autoridades como los hoteleros y la propia población. 'El problema que genera la llegada de un huracán deja de ser tal cuando hay planes completos de contingencias en los que se actúa todos juntos', señala Antonio Morales, director de Protección Civil de Quintana Roo.
A pesar de que las construcciones no pueden ya superar los tres pisos de altura, las casas, en general, no están preparadas para las embestidas de estos fenómenos meteorológicos. 'En el Caribe mexicano existe una cultura de huracanes pero no una infraestructura de huracanes', resume Morales. Los complejos hoteleros, sin embargo, sí están preparados. Un 90% posee la acreditación que garantiza las condiciones para proteger la vida y la integridad física de sus clientes sin necesidad de proceder a la evacuación.
Las compañías españolas copan el 60% de la oferta hotelera de la Riviera Maya y tienen previsiones de seguir creciendo
En algunos hoteles, incluso, los clientes podrían permanecer en sus habitaciones. Sin embargo, para asegurar un control más efectivo lo que se hace es reunir a todos en un espacio habilitado con cortinas antihuracán, que puede ser bien un centro de convenciones o un auditorio o salón de actos del hotel.
El objetivo es obtener saldo blanco, es decir, que no haya muertos, y que tras él se restablezcan cuanto antes los servicios. Carlos Mora, gerente de relaciones públicas del Fideicomiso de la Riviera Maya, recuerda la experiencia vivida tras el paso destructor del huracán Wilma en 2005. 'Tras 76 horas de huracán, en cuatro días se restableció casi la totalidad de la electricidad y en poco más de una semana la telefonía fija y, en general, los servicios básicos'.
Quintana Roo es el Estado más turístico de México. Áreas como Cancún, Riviera Maya y Cozumel han experimentado un espectacular desarrollo turístico al que ha contribuido el capital español, que copa el 60% de la oferta hotelera, según datos del Fideicomiso de Promoción de la Riviera Maya. Cadenas como Iberostar, NH, Riu, Barceló, H10 o Sol Meliá se han hecho fuertes en el nicho del lujo y el todo incluido. Y ya hay planes para seguir creciendo, sobre todo ante el proyecto de un nuevo aeropuerto en la Riviera Maya.
El riesgo de huracán en la zona es inevitable, pero la aplicación del protocolo antihuracanes puede garantizar que un viaje de placer no acabe convertido en una pesadilla.