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A Fondo

La suspensión que todos venían venir

La crisis de Llanera era algo que 'ya se veía venir'. Ayer, en la ronda habitual de consultas con entidades financieras que acumulan buena parte de la deuda de Llanera y con las administraciones públicas que aprobaron o denegaron proyectos a la inmobiliaria, todos los interlocutores repetían lo mismo. 'Pero si esto ya se veía venir...'. Lo cierto es que sí. Se veía venir. Pero durante el tiempo que se fue acercando el día en que, finalmente, se presentó el concurso de acreedores, Llanera seguía funcionando. El pasado jueves por la noche, ante la perspectiva de que el viernes, último día hábil del mes de septiembre, la compañía presentara la suspensión de pagos, el propio consejero delegado, Fernando Gallego, a través de un portavoz, insistió a este periódico en el mensaje que venía dando en los últimos días: 'No se va a presentar suspensión de pagos y se va a pagar a todo el mundo'. La rotundidad del mensaje contrastaba con los que llegaban por otras vías. Personas que conocían de cerca la empresa aseguraban que era cuestión de horas que Llanera acudiera al juzgado. Desde Bancaja y la CAM se insistía en que el grifo de la financiación estaba cerrado desde hacía tiempo y que lo que estaba haciendo Gallego era 'ganar tiempo'.

Visto en perspectiva, uno de los aspectos que habrá que aclarar es el riesgo que tomaron las entidades financieras valencianas, Bancaja y CAM, en la financiación de la compañía. Las dos cajas han asegurado que no les constan impagados. Sin embargo, ahora, con la suspensión, se enfrentan a un quebranto que, en todo caso, afirman tener cubierto. 'Si no estaba dotado ya, lo estará a partir de ahora', aseguraron desde una de las cajas.

La cantidad que adeuda Llanera a las cajas no se conoce, pero seguro que es realmente notable. Pero además de saber cuánto arriesgaron, será necesario también saber el por qué. Que un pequeño proveedor desconozca los detalles del negocio de una constructora que le subcontrata parece hasta cierto punto razonable. Sin embargo cuesta más creer que una entidad financiera, y las dos implicadas son de las primeras de España, no supieran hasta qué punto era arriesgado financiar a corto plazo obras que sólo podían construirse a largo plazo. El negocio de Llanera, basado en la recalificación de suelo rústico, no era ningún secreto.

Trató en todo momento de evitar la tutela judicial

Fuentes financieras valencianas aseguran que, una vez se conozca la lista de acreedores, 'va a llegar alguna que otra sorpresa'. Afirman que no sólo van a estar implicadas las dos cajas valencianas y que se verán nombres de otros grandes bancos. No en vano, hasta el banco de inversiones Lehman Brothers, en una operación casi inédita para ellos en España, aceptó apalancar una compra de suelo de Llanera.

No debería sorprender esa lista visto lo que ha ocurrido en los últimos meses. Llanera no ha conseguido financiación, y eso que se ha recorrido buena parte de las cajas y bancos del país. La credibilidad de la empresa, no paran de repetir en el sector, estaba en entredicho desde hacía meses, y la posibilidad de que no se pudieran atender los pagos corrió como la pólvora en el sistema financiero. Más de uno debió dar la voz de alarma. Sin embargo, se dio en voz baja, sólo en corrillos, sólo en rumores. Nadie quiso ser el primero en verlo venir.

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