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Divisas

Bruselas admite por primera vez su preocupación por la escalada del euro

Las autoridades de la zona euro expresaron ayer, por primera vez en mucho tiempo, su 'preocupación' por la escalada del euro, que cotiza ya por encima de 1,42 frente al dólar. Bruselas pide una revalorización de la divisa estadounidense.

El tipo de cambio lo fijan los mercados, venía siendo hasta ahora el mensaje, entre negligente y resignado, de la Comisión Europea y del Eurogrupo (consejo de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro). Pero las cotas alcanzadas por la moneda única en las últimas horas (llegó a cotizar ayer a 1,428 dólares, por encima del récord de sus ocho años de existencia), han obligado a Bruselas a olvidarse de su aparente indiferencia.

'El mensaje es claro y sencillo', precisó ayer la portavoz del comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia. 'Nos preocupa el tipo de cambio actual'.

Y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, advirtió que 'ya no voy a aceptar que se considere normal que Europa cargue con las consecuencias de los desequilibrios globales'.

La escalada de la divisa comunitaria se había interpretado como uno de los síntomas de la recuperación de la zona euro, que en 2006 alcanzó su mejor tasa de crecimiento desde el año 2000. Pero esa bonanza parece a punto de desvanecerse como consecuencia de las turbulencias financieras de este verano. Y en ese nuevo escenario, la revalorización del euro empieza a pesar como una desventaja y no como un activo.

Juncker, que hace unos días fue acusado de pasividad ante las turbulencias por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, admite ya que el nivel del euro 'preocupa mucho' y espera que la reunión del G-7 de este mes de octubre aborde la necesidad de un reajuste en el tipo de cambio de las principales divisas del planeta (euro, dólar, yen japonés y yuan chino).

El cambio de actitud de las autoridades europeas pretende forzar a las de otras zonas económicas, en particular, China y EE UU, a reajustar el tipo de cambio de sus divisas.

Washington, en concreto, debería, según Juncker, 'sincronizar su discurso y sus actos', en alusión a las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Henry Paulson, a favor de un dólar fuerte. Para Juncker, 'Europa no puede ser la parte de la economía mundial que soporte las consecuencias de la falta de actuación de otros'.

Almunia, por su parte, trasladó su preocupación al gobierno de Pekín durante su visita a China a mediados de septiembre. 'Nuestra economía, la de China y la del resto del planeta', advirtió Almunia a las autoridades del país asiático, 'se verían dañadas si se desatan de manera desordenada los desequilibrios globales'.

Para el comisario, esos desequilibrios son principalmente tres: 'la explosión del superávit de la cuenta corriente de China, junto con el enorme déficit de la cuenta corriente estadounidense y el superávit de los países exportadores de petróleo'.

Las posibilidades de que Pekín y Washington se den por aludidos parecen, sin embargo, bastante escasas. Mucho más sensible podría mostrarse el Banco Central Europeo, cuya anunciada intención de elevar los tipos de interés, de cumplirse, recalentaría un euro que se desea enfriar.

El endurecimiento de las condiciones de crédito también se presenta más lejano como consecuencia de la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento de la zona Euro.

Bruselas concretará las cifras el próximo mes de noviembre, pero ya empieza a descontarse que la dentellada al 2,5% previsto para 2008 puede ser considerable. Alemania, la principal economía de la zona, ya sólo aspira a un crecimiento del 2% en ese año, frente al 2,4% esperado hasta ahora.

El impacto en el conjunto de la UE también podría ser muy importante, porque se espera que la crisis afecte seriamente a los países del Este, que hasta ahora contribuían a mejorar la media.

Para el departamento de Almunia, la magnitud de las repercusiones en Europa dependerán del grado de desaceleración de la economía estadounidense, de la contracción del crédito y de la crisis de confianza. Los últimos datos de la CE indican que el sentimiento de confianza se desplomó en septiembre en el sector financiero, decreció en el comercio y, curiosamente, se recuperó en la construcción.

Confianza en el nuevo tratado

Mientras Junker esbozaba su preocupación por la apreciación del euro, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, subrayaron ayer durante una entrevista en Madrid su confianza en el futuro del proyecto europeo.En su encuentro en La Moncloa, ambos analizaron la situación de los trabajos de la Conferencia Intergubernamental para fijar el texto definitivo del Tratado de Reforma de la UE, que deberá aprobarse en Lisboa los próximos días 18 y 19 de octubre durante la cumbre informal de Jefes de Estado y de Gobierno.Asimismo, repasaron el calendario de futuro de la Unión Europea una vez que este texto sea aprobado y ratificado por todos los Estados miembros.También intercambiaron 'puntos de vista' sobre el futuro inmediato de Europa, la construcción de un mercado europeo de energía y el desarrollo de la Agencia Europea de Fronteras y coincidieron en expresar su confianza en la solidez y fortaleza del proyecto europeo.

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