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Tribuna
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A vueltas con el horario comercial

La sorpresa ante la vuelta a escena de la polémica respecto a los horarios de los centros comerciales marca la opinión del autor, que se suma así al Debate Abierto sobre la flexibilidad de horarios en el comercio. A su entender, la ley de 2004 ya había zanjado el problema

Otra vez estamos con el mismo debate. Un debate que tras el consenso entre todas las partes había concluido en una Ley publicada el 2004 donde se especificaba el derecho de las autonomías a abrir sus comercios de 8 a 12 festivos. Tras esta legislación, la mayoría de las Comunidades Autónomas optaron por tirar a la baja y quedarse en unos 8 días festivos abiertos, primer argumento por el cual creemos que es un debate si no caducado, por lo menos interesado.

Desde hace ya un tiempo, los pequeños comerciantes estamos inmersos en un proceso para adaptarnos a una nueva realidad que hace que tengamos que estar pendientes para no quedarnos atrás. No sólo debemos adaptarnos a los cambios tecnológicos que suceden en el mundo actual, sino también a los sociológicos. Aparecen nuevos tipos de familia, nuevas dinámicas de consumo, la mujer se ha integrado en el mundo laboral... pero a pesar de las complicaciones, aquí estamos y vamos a continuar estando porque somos un sector fuerte y necesario para la economía española.

Algunas de las transformaciones de las últimas décadas han favorecido la proliferación de grandes cadenas y la concentración de poder en manos de éstas, poniendo en peligro al comercio de proximidad, de ciudad, el comercio de toda la vida que trabaja día a día para ofrecer los mejores productos y servicios a sus clientes, ofreciendo variedad, calidad y profesionalidad, un comercio con personalidad propia.

Desde el punto de vista de los horarios, estas grandes cadenas parecen estar encantadas con la reaparición del debate sobre la liberalización de estos. Pero si miramos las estadísticas que ofrece el Ministerio de Industria y Turismo vemos que el 85% de la población se muestra satisfecha con la situación actual.

Desde la Confederación Española del Comercio no dejamos de preguntarnos por qué. A qué viene ahora la resurrección de ese muerto.

Si los consumidores están de acuerdo con los horarios actuales, si no hay ninguna exigencia por parte de los comerciantes para ampliarlos, entonces no hay ninguna razón para poner en cuestión la ley 1/2004, de 21 de diciembre, que ya aprobamos en su momento. Por lo tanto, lo único que quizás conseguiríamos es crear disfunciones en nuestro modelo comercial, que es el que también está vigente en los principales países europeos y que garantiza el equilibrio entre comerciantes, consumidores y trabajadores.

Con la incorporación de unos tres millones de mujeres al trabajo en los últimos años no sólo hay que ver la necesidad del comercio de adaptarse a los nuevos ciclos de vida, sino que quizás, lo que hay que cambiar son los modelos de empleo para adaptarlos a la vida social y compatibilizar la vida laboral con la familiar, para que así el tiempo para comprar o hacer cualquier otra de las actividades necesarias para nuestro día a día no suponga un problema.

En cuanto a la situación de Madrid, se dice que gracias a una legislación comercial más laxa que en otras autonomías, ésta ha sido la autonomía española donde se han creado más comercios. Sin embargo, según datos del Dirce y del padrón municipal, utilizados por Ignacio Cruz Roche, director general de Política Comercial del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, la Comunidad de Madrid presenta la densidad comercial (comercios por cada 1.000 habitantes) más baja de España: en el año 2000, Madrid presentaba una densidad de 13,6 comercios por cada mil habitantes; en 2006 de 12,57. La media española fue de 15,24 en 2000 y de 14,31 en 2006.

Además, la ocupación en el comercio minorista en Madrid es ligeramente inferior y crece menos que la media de España (41,10 empleados por cada mil habitantes frente al 41,54). Lo mismo ocurre con la densidad de comercio autónomo que ha pasado del 12,58/1.000 en 2000 a 10,76/1000 en 2006.

Partiendo de estos datos y con la seguridad que nuestros clientes están satisfechos con el servicio recibido, afirmamos que no existe ninguna razón para plantear una ampliación de horarios, porque las que han expuesto los políticos que han anunciado su voluntad de proceder a una reforma de la legislación comerciales y las grandes superficies que les han animado queda más que manifiesto que no son del todo objetivas.

¿Son necesarios más datos para mostrar una realidad que los intereses de algunos no quieren ver?

Pere Llorens. Presidente de la Confederación Española de Comercio

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