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Un Presupuesto para sortear las turbulencias financieras Excedente del Estado del 0,3% del PIB

Los últimos Presupuestos Generales del Estado que serán aprobados en la presente legislatura están enmarcados por la desaceleración económica. Al ciclo ya maduro que viene registrando la economía española desde hace varios trimestres se une ahora los escenarios de turbulencias financieras, con origen en la crisis hipotecaria de Estados Unidos iniciada en agosto y que amenazan con extender sus tentáculos por todas las economías occidentales, sin que ninguna autoridad (ni siquiera el FMI) se atreva a vislumbrar cuál será su calado real.

En este entorno, el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, ha dibujado para 2008 un cuadro 'macro' en el que prevé una paulatina desaceleración de la economía española que, pese a todo, aún contará con un crecimiento del PIB por encima del 3% (en concreto un 3,3% de media). Para conseguir esta media Solbes juega con un PIB que a comienzos de este año (primer trimestre) aún crecía a una velocidad de crucero del 4,1%, muy por encima de los principales socios comunitarios. Esta es una de las razones por las cuales el Gobierno no ha variado sensiblemente el cuadro macro oficial de las cifras que dio a conocer en julio, antes de las tormentas financieras.

Con todo, el Ejecutivo es consciente del frenazo económico que se avecina, según apuntan todos los analistas, y así los ha reflejado en sus estimaciones de ingresos. El principal factor de aterrizaje suave será la demanda nacional a la que Solbes le atribuye un crecimiento para 2008 de sólo el 3,7%, más de medio punto menos que lo previsto para este año (4,3%). Se desacelera, no sólo el consumo de los hogares (como era de esperar por los tipos de interés al alza y su efecto en el pago de las hipotecas) sino también la formación bruta de capital fijo (del 5,8 al 4,6%). En este indicador cobra importancia la evolución de la construcción con un crecimiento que pasaría del 5,1%, al 3,8%, es decir una desaceleración de más de un punto en sólo un año. No sólo la inversión en construcción se verá frenada, según el Ejecutivo, también la de bienes de equipo, que ha mantenido en los últimos ejercicios un ritmo muy fuerte.

Del sector exterior también se espera que se frene la actividad con unas exportaciones cuyo aumento se situará en el 5%, por debajo del año anterior, influidas por el entorno de enfriamiento que también se espera que ocurra en el resto de la UE (principal socio comercial de España). Sin embargo, las importaciones también se frenarán, más incluso que las ventas al exterior, lo que hará posible que la aportación exterior negativa al PIB se reduzca (a 0,6 puntos), paradójicamente. Esta mejor situación del sector exterior servirá para compensar el rumbo general de la economía muy escorado hacia la demanda interna en los últimos años.

El petróleo, por las nubes

Otro factor de incertidumbre creciente es la evolución del precio de las materias primas en los mercados internacionales, sobre todo del petróleo. Cada dólar por encima de los 70 por barril de previsión del Gobierno para 2008, costará un trasvase de renta de la economía española hacia los países productores de petróleo de más de 1.000 millones de dólares, según calculan los expertos.

Ayer el crudo Brent, de referencia en toda Europa (también para España), cerró en el entorno de los 78 dólares por barril, tras haber registrado durante la semana pasada varios récords consecutivos. El Gobierno confía en las tradicionales oscilaciones del precio del petróleo para conseguir una media por debajo de estos 79 dólares. Algo similar ocurrió el pasado año cuando el Brent se hundió hasta cerca de 50 dólares a final de ejercicio tras alcanzar máximos en el verano. Con todo, las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) vislumbran una demanda mundial en sentido ascendente, por la presión que están ejerciendo economías emergentes como China o India, con crecimientos económicos ininterrumpidos de dos dígitos.

Ligado al encarecimiento del petróleo se sitúan las tensiones inflacionistas. Aunque el objetivo del Gobierno sigue fijado en del Banco Central Europeo (un genérico 2%) el departamento que dirige Solbes es consciente del efecto que el encarecimiento del petróleo y de ciertos alimentos puede tener en la inflación. Por eso prevé un deflactor del PIB (indicador para medir los precios similar al IPC) por encima del 3%, en espera de que continúe la moderación salarial.

Respecto a las turbulencias financieras, los mensajes del Ministerio de Economía pasan por destacar la solidez del sistema aunque aún está por ver si las entidades financieras restringirán el crédito a sus clientes, como ya ha ocurrido en algunos países europeos con ciertos bancos en apuros (Reino Unido).

Ello es precisamente lo que más temen las empresas, cuya patronal CEOE ya ha puesto el grito en el cielo, para que la banca no entorpezca la financiación de las inversiones. Todo ello se produce en un entorno de tipos de interés ascendente, en donde el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet ya ha avanzado que subirá de nuevo el precio del dinero en la zona euro (está en el 4%) para reducir la 'política monetaria acomodaticia' de la entidad. Sólo falta saber cuándo.

A pesar de todas estas dificultades el Gobierno español sigue apostando por que se mantenga una fuerte creación de empleo neto (440.000 puestos en todo el año), que permitirá situar la tasa de paro por debajo del 8% de la población activa. No obstante, la creación de empleo se frenará del 2,8% al 2,2% y la productividad por ocupado permanecerá estacada en el entorno del 1%.

La demanda nacional crecerá medio punto menos y las ventas al exterior sólo aumentarán un 5%, afectadas por el alza de tipos

Por cuarto año consecutivo, los presupuestos se liquidarán con superávit fiscal, según Solbes. Eso sí, de sólo el 1,15% del PIB en el conjunto de las administraciones públicas, por debajo de lo estimado para 2007, que, según avanzó ayer el vicepresidente económico se situará en torno al 1,3% del PIB.

Si sólo se analiza la administración central del Estado (excluida la Seguridad Social, las comunidades autónomas y los municipios), el excedente fiscal será únicamente del 0,3% del PIB. Se nota en este caso, la merma de ingresos tributarios esperada por un menor crecimiento económico.

Una merma de ingresos que ya ha comenzado a notarse este año en el caso del IVA, afectado por la desaceleración de la construcción.

El PIB nominal (PIB real más el incremento de precios) aumentará en 2008 a un ritmo del 6,7%, cuatro décimas menos que la previsión para este año.

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