Gestores al borde de un ataque de nervios
El vértigo se ha colado en la vida de los gestores de fondos. Las Bolsas tiemblan y ponen a prueba diariamente su valía profesional. La hora de la verdad ha llegado. Sólo los mejores ganarán dinero
Los inversores están nerviosos. Y no es para menos. La crisis hipotecaria norteamericana ha desatado en las Bolsas internacionales un maremoto de consecuencias impredecibles. Al menos eso es los que dicen los gestores de fondos de inversión, subidos desde hace meses en una montaña rusa que les conduce de la euforia al pánico en décimas de segundo. Adrenalina y tila se entremezclan en la vida de estos profesionales, que viven una de la épocas más apasionantes de su carrera laboral.
'¿Excitante? Sin duda. Es en momentos como éste cuando se miden las estrategias de inversión. Veremos quién gana y quién pierde', reta José Ramón Iturriaga, uno de los gestores estrella de Abante. '¿Adrenalina? Toda la del mundo. Pero, cuidado, porque esta atmósfera puede llegar a atenazarte', advierte también Valero Penón, director de Ibercaja Gestión. 'Lo que realmente da satisfacción es ganar. Mejor dicho, ganar cuando los demás pierden o perder menos dinero que ellos -reconoce Carlos Cerezo, al mando de Belgravia- æpermil;sta es una situación para lucirse, pero no todos van a poder hacerlo. Cuando la volatilidad se adueña de los mercados los gestores necesitan tiempo para adaptar sus carteras, porque éstas tienen una inercia y no es fácil cambiar su rumbo. Comprender lo que está sucediendo no está al alcance de cualquiera y cuando aciertas, a veces no puedes adoptar las decisiones que sabes son correctas, porque te has quedado pillado en una inversión de poca calidad que ya nadie quiere', recuerda Cerezo. 'Ahora veremos si los expertos en hedge funds son tan buenos como decían algunos. Para un hedge fund ha resultado fácil obtener rendimientos favorables en un entorno de bolsas alcistas teniendo exposición positiva a renta variable. Lo difícil viene ahora, que nos enfrentamos a un momento de elevada volatilidad y turbulencia de mercados', recuerda Ricardo Domingo, director de renta variable de Santander Asset Management.
Viernes negro. Los teléfonos no paran de sonar. Un titular de periódico desata las alarmas. Una noticia en el telediario colapsa la centralita. Viernes negro. Uno, y otro, y otro más. Entre junio y agosto el patrimonio de los fondos de inversión perdió más de 4.000 millones de euros. Los inversores están nerviosos. Valero Penón conoce el vértigo y ha experimentado en más de una ocasión, durante los últimos meses, el deseo de que sea otro día y regrese la calma, aunque es difícil no llevarse el susto a casa. En situaciones cómo ésta no es fácil mantener la credibilidad frente al cliente. 'El ahorrador pone su dinero en manos de un gestor porque confía en él. Si no es así, o la confianza desaparece, es mejor dar liquidez a la inversión y esperar otra oportunidad', propone Juan Cruz, director de Cygnus.
'¿Credibilidad? Siendo fieles a nuestra estrategia de inversión y absolutamente trasparentes con el cliente', insiste José Ramón Iturriaga. 'Y recordando al inversor que seguramente tendrá que revisar su perfil de riesgo, porque en épocas de vacas gordas todos creemos que nuestra aversión al riesgo es menor de lo que es en realidad', concluye el gestor de Abante. Ricardo Domingo lanza un mensaje de optimismo. 'El descalabro, si se produce, será muy limitado, porque la globalización beneficia al inversor. Hace 15 años cada país era una pequeña isla. Ahora, tanto el inversor minorista como el inversor institucional tienen muy repartidos sus ahorros y es difícil que se produzca una ola de pánico como en los años 20. Además, la diversificación de las empresas da mucha estabilidad a la economía. Yo creo que hay una buena cultura financiera y el cliente entiende de sobra los movimientos que realizamos. Otra cosa es que nos cueste llevarlos a la práctica y se produzcan algunas pérdidas', reconoce Domingo.
Avaricia y miedo
El manual del buen gestor advierte que el primer error que no debe cometer un profesional en circunstancias como ésta es abandonar el mercado, salirse de todas las posiciones y dar liquidez al dinero. 'Yo soy de los que compra', dice Ricardo Domingo. Y no es el único. 'En la actualidad, las bolsas mantienen intacto todo su atractivo desde el punto de vista de valoración ya que los mercados de renta variable han subido lo mismo que los beneficios y por tanto, la valoración se mantiene prácticamente constante. Y no olvidemos que las oportunidades surgen de la incertidumbre y la volatilidad', explica el director de Renta Variable de Santander Asset Management.
Avaricia y miedo. Estos dos sentimientos delatan al gestor inexperto. 'Ningún profesional que se precie debe vender guiado por el pánico o perseguir como loco al mercado', advierte Carlos Cerezo, director de Belgravia. 'Hay que parar, observar, reflexionar, aunque después no podamos adoptar esas decisiones que el sentido común y la experiencia nos están gritando a voces', concluye. 'En momentos de pánico, el mercado es más ineficaz que nunca y es entonces cuando surgen las mejores oportunidades. Nosotros aprovechamos las ineficacias del corto plazo para invertir a largo plazo', asegura Fernando Bernard, gestor de Bestinver.
Segundo error de manual: dar la espalda a la Bolsa. Hacer como si no pasara nada. 'Es imprescindible mantener una vigilancia estrechísima sobre los acontecimientos. Y tener un diálogo fluido y permanente con el equipo de gestión', explica Valero Penón, de Ibercaja. 'Tienes que cuestionar permanentemente tus decisiones. Ser muy flexible a la hora de adoptar iniciativas y observar el comportamiento de los mercados con total apertura de miras', recomienda José Ramón Iturriaga (Abante).
Tercer error: abandonar la estrategia de diversificación. 'Cuando diversificamos, en realidad, lo que estamos haciendo es adoptar una cautela, y la prudencia es algo que siempre debe estar presente a la hora de invertir, y de gestionar', recuerda Alejandro Varela, de Renta 4. Y cuarto error: pensar que esta vez va a ser distinto, 'que este ciclo no tiene final', advierte Iturriaga. Para Walter Scherk, gestor de Sía, la principal equivocación es 'no hacer los deberes, esto es, no estudiar a fondo las compañías, por desidia o por incapacidad. Si trabajas no necesitas la Bolsa para tomar decisiones acertadas. Yo en ningún caso he modificado mi estrategia de inversión: comprar buenos productos y baratos'.
La volatilidad siempre deja perdedores en el camino. Y siempre habrá estrategias que se alcen con el trofeo. 'La estrategia ganadora será aquella que haya evitado en cierta medida una excesiva exposición al sector financiero, asegurador, inmobiliario y constructor (en el caso de renta variable española ). En general, cuanto más global y más diversificada haya sido nuestra inversión, nos habremos visto mucho más beneficiados. Si, además, hemos conseguido invertir en renta fija de calidad a corto plazo, podremos decir que la estrategia habrá sido acertada', explica Varela.
Los profesionales coinciden en las recomendaciones. Todos opinan que entre invertir todo y nada hay muchas posibilidades. Una, es no concentrar en exceso los riesgos, sectorial o geográficamente. Otra, aprovechar las oportunidades. Los ahorradores que no temen el riesgo, exponiéndose como siempre; los más conservadores, eligiendo con calma buenos valores refugio. Y otra más: colocar el dinero en sociedades con experiencia en atravesar ciclos.
Ningún gestor tiene sobre su mesa una bola de cristal. Nadie se atreve a predecir el futuro. Pese a que el éxito de su trabajo depende, y mucho, de lo que suceda en los próximos meses. José Ramón Iturriaga es pesimista sobre la capacidad de las autoridades monetarias para controlar el riesgo crediticio y Ricardo Domingo se pregunta cómo es posible que las Bolsas estén dando estos bandazos si la economía real no está deteriorada, pero el optimismo es la nota dominante entre los gestores.
'Estas crisis suelen ser temporales y pronto desaparecerán los miedos. En cuanto los mercados se tranquilicen, el dinero volverá a fluir y todo volverá a la normalidad. Siempre y cuando este episodio no se traduzca en un deterioro claro de la actividad económica real -opina Varela (Renta 4) -. Si todo va bien sólo habremos sufrido un proceso de revaluación de riesgos por parte de los agentes del mercado que resultará saludable a medio plazo'. Es una opinión compartida y deseaba. 'Ojalá el año que viene por estas fechas estemos ya hablando de otra cosa', dice Penón.
Manual de gestión. Los errores que todo buen experto debe evitar
Abandonar el mercado. Ningún profesional que se precie debe vender guiado por el pánico. Los expertos recomiendan parar, observar y reflexionar antes de adoptar ninguna decisión.Dar la espalda a la Bolsa. Mantenerse al margen de los acontecimientos. Actuar como si aquello que está sucediendo en los mercados es intrascendente o no puede influir en la economía real.No mantenerse fiel al estilo de gestión. Cambiar la estrategia de inversión y dar bandazos buscando el estilo de gestión que más puede ganar en el corto plazo, y perder en el largo. En este caso el fracaso está asegurado.Tener prisa por recuperar las pérdidas y mantener al cliente al margen de las decisiones que se adopten. Transparencia y diálogo son imprescindibles en momentos cómo éste.Asumir un riesgo excesivo. Siempre habrá errores de gestión. El mercado conlleva muchas veces altos niveles de incertidumbre y factores que no pueden preverse. Por eso es imprescindible ser cautos en las decisiones.No seleccionar el riesgo. Una exposición excesiva al sector financiero, asegurador, inmobiliario y constructor puede resultar catastrófica para el ahorrador. En renta fija, lo mejor es invertir en renta de calidad a corto plazo.