Los expertos piden que parte del superávit vaya a infraestructuras
El boom de la construcción (se han iniciado más de 700.000 viviendas anuales en los últimos tres ejercicios) y la fuerte creación de empleo y actividad económica, especialmente tras la llegada de mano de obra extranjera para cubrir los puestos de trabajo de baja cualificación (en diez años se ha multiplicado por diez el número de afiliados a la Seguridad Social), han sido los dos pilares en los que se ha basado una de las etapas de mayor expansión de la economía española de catorce años de crecimiento continuado.
La conjunción de ambos factores, junto a una mayor recaudación tributaria, especialmente en lo que se refiere a los ingresos procedentes de los beneficios de las empresas y la vivienda, es lo que ha llevado a la economía española a tener en 2006 superávit por segundo año consecutivo (17.000 millones de euros, un 1,8% del PIB). Si todos los cálculos gubernamentales se cumplen (la economía ha encadenado crecimientos en torno al 4% en los tres primeros trimestres de 2007), este será el tercer año en el que los ingresos públicos superarán a los gastos.
Al igual que en los dos anteriores ejercicios, aunque quizá con mayor intensidad en este, se está produciendo un fuerte debate entre el Ejecutivo y la sociedad sobre si debe gastar o no el excedente de la economía española y hacia qué partidas se debe destinar. El ministro de Economía, Pedro Solbes, siempre ha ejercido de portavoz del Gobierno en esta materia y se ha mostrado partidario de que el dinero del superávit sólo sea utilizado para reducir la deuda pública, que en 2006 acabó en el 39,8% del PIB, el nivel más bajo de los últimos 20 años, y se destine a asegurar los compromisos en materias de pensiones que tendrá que afrontar el Estado ante el progresivo envejecimiento de la población.
Sin embargo, hay dos aspectos que han cambiado en el corto plazo: todos los expertos vaticinan un cambio de ciclo económico para 2008, como consecuencia de la desaceleración en el sector de la edificación residencial. Además, el Ejecutivo ha aprobado una serie de medidas sociales (ayudas de 2.500 euros por hijo nacido, asistencia bucodental gratuita para niños de entre 7 y 15 años o ayudas de 210 euros para alquilar casa para jóvenes) que no estaban contempladas y que habrá que financiar, no se sabe si en parte o en su totalidad, con el dinero procedente del superávit. El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ya se ha pronunciado al respecto al asegurar que todas lasmedidas apenas restarían un par de décimas al superávit, mientras que los cálculos de la oposición son mucho más pesimistas. El portavoz de Economía del Partido Popular, Miguel Arias Cañete, asegura que al menos se necesitarían tres puntos más de superávit (uno por la Administración General del Estado, otro de las comunidades y el tercero, de la Seguridad) para hacer frente a las inversiones sin tener que subir impuestos.
Entre ambas posturas, el gobernador del Banco de España,Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aboga por evitar ¢políticas de alegrías¢ que pongan en peligro el superávit público. ¢En momentos de menor crecimiento, estos excedentes desaparecen por el menor incremento de los ingresos. Cualquier tentación de hacer políticas de alegrías sería contraproducente¢, asegura en línea con lo expresado por Solbes.
Desequilibrio
Además, la composición del superávit sigue estando muy desequilibrada, ya que la Seguridad Social es la que proporciona la práctica totalidad de los excedentes (1,2% del 1,8% del PIB en 2006), por el fuerte crecimiento de la afiliación y las cotizaciones a la Seguridad Social en los últimos años (hay cincomillones de personas más cotizando respecto a 1998). De esos mayores ingresos, una gran parte (dos de cada tres euros) se está destinando a engordar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, que cerrará la legislatura, con una dotación cercana a 50.000 millones, según confesó recientemente el ministro de Trabajo, Jesús Caldera.
El director del gabinete de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), Ángel Laborda, analiza este desequilibrio y señala que el superávit de las administraciones locales y autonómicas tiene un carácter claramente cíclico. ¢Se ha producido una explosión de precios y transacciones inmobiliarias que ha servido para que ayuntamientos y regiones recauden más por los impuestos relacionados con la vivienda¢, señala.No obstante, Laborda apunta que esos ingresos se van a reducir por la desaceleración de la edificación residencial y si el gasto público sigue creciendo, ¢el superávit de esas dos administraciones puede acabar desapareciendo en dos años¢. Respecto a las medidas de gasto social impulsadas por el Ejecutivo cree que son acertadas siempre y cuando sigan una regla económica. ¢Los gastos permanentes hay que financiarlos con ingresos permanentes y eso no está produciendo ahora¢, concluye.
Prudencia
Ante esta situación, los expertos consultados reclaman prudencia y que no se toque el superávit ante el cambio de ciclo económico. Juan de Lucio, director del Servicio de Estudio de las Cámaras de Comercio, abunda en la idea
de que el actual superávit de la economía española se debe a condiciones cíclicas, ¢ya que la economía española ha encadenado unos años en los que los ingresos han crecido por encima de la economía¢, por lo que no considera adecuado introducir medidas estructurales, como las sociales, que luego no se puedan eliminar. De Lucio considera vital que el Gobierno garantice la sostenibilidad de la economía y no olvide ¢las obligaciones futuras en materias de pensiones o el fuerte repunte que va a tener el gasto en sanidad, que va a crecer mucho por el aumento de la población, especialmente de la extranjera, y va a consumir una gran parte del superávit presupuestario¢, asegura.
Bajar impuestos
El director general del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, confirma esa tesis y señala que sus estimaciones prevén que la economía española crecer por debajo del 3%, con una desaceleración del sector residencial. ¢Creemos que el superávit debe destinarse a bajar impuestos, que es lo que dinamiza la economía, y a infraestructuras, que son los que dinamizan el tejido productivo¢. En el caso de las rebajas fiscales, Iranzo apuesta por la supresión del impuesto de patrimonio, sucesiones y donaciones y una rebaja en Sociedades e IRPF. Las últimas decisiones del Ejecutivo son calificadas por Iranzo como peligrosas e inadecuadas, ¢ya que los gastos no se generan para un año, sino que se consolidan y no se pueden eliminar¢.
Obra civil
Las organizaciones empresariales también reclaman prudencia y tranquilidad ante el cambio de ciclo. Fuentes de las dos grandes patronales de la construcción (CNC y Seopan) coinciden en señalar que los excedentes deben ser utilizados para invertir en infraestructuras. ¢Deberían ser utilizados como una inversión anticíclica ante la caída del sector residencial y el turismo, los dos grandes pilares de la economía española en los últimos años, y la previsiblemerma de ingresos que se va a producir de los fondos procedentes de la Unión Europea¢, apuntan.
La visión empresarial fue resumida por el nuevo presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, en la reunión que mantuvo con Solbes hace unos días, en la que le transmitió la necesidad demantener el equilibrio presupuestario para seguir creciendo. ¢Es necesario invertir en infraestructuras para mejorar la competitividad de la economía española y compensar la caída de la construcción residencial¢, dijo.
En esta línea, el Servicio de Estudios del BBVA aboga por aprovechar elmargen de actuación, ¢ya que ante una más que probable contención de los ingresos públicos, las Administraciones Públicas pueden mantener su programa de gasto, e incluso incrementarlo si la dinámica económica lo demandara, por ejemplo, a través del impulso a la obra civil tendría un impacto relevante en la actividad constructora dado que la vivienda representa sólo la mitad del total del sector¢.
Carácter regresivo
Una visión muy alejada de las organizaciones sindicales, que también reclaman prudencia, aunque creen que el gasto debe dedicarse a corregir las desigualdades creadas por el fuerte crecimiento económico. Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical deUGT, afirma que se ha producido una paradoja, ya que el empleo ha crecido, pero la renta ha bajado. ¢España sigue manteniendo un fuerte diferencial en servicios públicos y protección social respecto a los países más desarrollados¢, apunta. A su juicio, lasmedidas sociales del Gobierno apuntan en esa línea, aunque las considera aisladas. ¢No se puede estimular el alquiler si no se promueve la vivienda de protección¢, dice. Ferrer cree que una bajada de impuestos tendría carácter regresivo, ya que los excedentes volverían tan sólo a los que generan actividad a través de sus empresas. ¢Lo fácil es bajar impuestos, lo difícil es subirlos. Si se bajan, se puede producir una situación en la que no se ponga en peligro los ingresos futuros¢, apunta.
Por su parte,Miguel Ángel García, jefe del Gabinete Económico de CC OO, señala que las cuentas están saneadas, pero que existen motivos ¢por las obligaciones futuras y el menor crecimiento de la economía que aconsejan ser muy prudente en su uso¢. García califica como poco ambiciosas las medidas gubernamentales y critica las ayudas a la natalidad, ¢de utilidad dudosa por lo que sería preferible apoyar la educación pública de cero a tres años¢.