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Automoción

Toyota planea duplicar para 2011 las ventas de híbridos en Europa

Las ventas totales de híbridos en Europa ascienden a 100.000 unidades desde que comenzó la comercialización. Esa es la cifra de venta anual que Toyota aspira a alcanzar en el continente a principios de la próxima década.

Europa es un banco de pruebas perfecto para Toyota. 'Introducimos nuestras nuevas tecnologías en el mercado europeo antes que en otro porque, lo que funcione en ventas y acogida aquí, tendrá un buen resultado en el resto de los países'. Así lo explicó el pasado martes el presidente y consejero delegado de Toyota Motor Europa en una entrevista en el marco del Salón Internacional del Motor en Fráncfort. 'Europa es uno de los mercados más importantes para Toyota porque es seguramente el más avanzado de los que operamos y también el más competitivo', explica Arashima.

Por eso, la política de Toyota no es imponerse metas de grandes números. 'Nos interesa Europa por estas razones pero no queremos marcarnos un objetivo de cuota de mercado. Eso sí, queremos ser uno de los actores principales en el mercado', afirma Arashima. Toyota ha incrementado sus ventas en los últimos ocho meses un 14%, hasta las 850.000 unidades, y ostenta una cuota de mercado del 6,2% en turismos.

Sin embargo, si hay un número, es el de ventas de híbridos. La empresa vendió en el último año 45.000 unidades de su Toyota Prius y los tres modelos híbridos de Lexus. Desde su lanzamiento en 2000, ha vendido más de 100.000 unidades. 'Queremos llegar a unas ventas anuales de híbridos en Europa de 100.000 unidades a principios de la siguiente década, en 2011 o 2012', asegura Arashima.

Arashima está convencido de que el futuro pasa por la reducción progresiva del CO2 de los coches

La tecnología híbrida, que combina electricidad y combustible tradicional para moverse, está al borde de la explosión definitiva. 'Un 50% de las ventas totales de híbridos se han logrado en los últimos 13 meses', explica Arashima. El presidente valora las nuevas legislaciones fiscales, como la que entrará en vigor en España en enero de 2008, que gravan más a los vehículos que más contaminan. 'Generarán un clima de preocupación y una inclinación en la sociedad hacia los coches más ecológicos', explica el presidente.

Aún así, son conservadores en las previsiones y aspiran a incrementar sus ventas un 5% en 2008, hasta los 1,28 millones de coches vendidos frente a los 1,22 millones de 2007.

Arashima está convencido de que la línea de crecimiento e innovación del sector se dirige hacia la reducción progresiva de emisiones de CO2 de los coches. 'Es el camino correcto. Hay que ser consciente de nuestra responsabilidad con el medio ambiente pero no sólo se puede culpar al sector automovilístico', valora el directivo.

El consejero mantiene su opinión sobre las restricciones de emisiones de gases contaminantes que fija la Unión Europea en el marco de lo expresado por la patronal de fabricantes europeos de automóviles ACEA, a la que entrará a pertenecer como miembro de pleno derecho en enero de 2008. 'Aceptamos disminuir las emisiones medias de nuestros coches por debajo de los 140 gramos de CO2 por kilómetro. Sin embargo, la UE pretende imponer la obligación de reducir hasta 120 gramos por kilómetro para 2012. No hay tiempo, son sólo tres años más tarde. Creemos que es necesario para la industria un aplazamiento hasta 2015', remarca.

Y es que Toyota es más fabricante europeo que muchos de los tradicionales. 'El 70% de los coches que se venden en Europa son fabricados en el continente', destaca el directivo.

La empresa inaugurará su novena planta de producción en el Viejo Continente en diciembre de este año en San Petersburgo (Rusia), lo que permitirá impulsar la producción de coches hasta las 850.000 unidades anuales. La planta fabricará un total de 20.000 unidades al empezar hasta un máximo de producción de 50.000 unidades.

Buscar alternativa al biocombustible

Los coches ecológicos se han convertido en la gran apuesta de futuro de los fabricantes de coches. Sin embargo, no todo son ventajas. Al menos, en el caso de los biocombustibles. El presidente y consejero delegado de Toyota en Europa reconoce que el uso de este tipo de carburantes ha sido muy positivo para reducir las emisiones de CO2. 'Pero también han creado problemas, porque han aumentado entre un 6% y un 7% los precios de los alimentos', señala. 'Hay mucha gente que necesita el maíz para comer y no sé si es ético utilizarlo para hacer combustible. Si pudiéramos inventar alguna manera de utilizar árboles u otra materia prima que no sean alimentos, sería positivo', reconoce Tadashi Arashima. 'Me reafirmo, no creo que sea bueno utilizar maíz para producir combustibles, deberíamos innovar en este campo, replantearnos el uso de las nuevas tecnologías', recalca. 'Además, hay vehículos que funcionan tanto con gasolina como con biocombustibles y es el cliente el que decide qué utilizar y en algunas ocasiones, el biocombustible es más caro que la gasolina', explica.

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