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Telecomunicaciones

La Comisión de las 'Telecos' anticipa una regulación por zonas

Acuerdo total. Por primera vez en mucho tiempo, la CMT y Telefónica tienen la misma visión sobre la regulación de las nuevas redes de fibra óptica. La comisión lo tiene claro: se terminó la regulación nacional; a partir de ahora, cada situación y cada zona requerirá un tratamiento distinto. Así lo propondrá a Bruselas.

La guerra encarnizada que mantuvieron antes del verano la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) y Telefónica a cuenta de la multa de Bruselas al ex monopolio ha dado paso a un remanso de paz. Y de entendimiento.

Telefónica planteó el lunes un escenario radicalmente distinto de regulación, ahora que tiene que enfrentarse a las nuevas redes de fibra óptica, que permitirán velocidades de ADSL superiores a los 50 megas. La operadora definió tres zonas con distinto nivel de competencia y propuso regulaciones diferentes para cada una.

Y la CMT está de acuerdo. Es más, ése ha sido su planteamiento ante el grupo de reguladores europeos que presentará en cuestión de dos semanas una propuesta a la Comisión Europa, que tendrá entonces que decidir. Pero diga lo que diga Bruselas, la regulación española está en manos de la CMT y su presidente, Reinaldo Rodríguez, se mostró ayer claramente proclive a una normativa 'geográficamente variable y dinámica', aseguró, durante su intervención en un curso sobre el sector organizado por Aetic.

'Ni siquiera me ha dado tiempo a ver lo que dijo ayer por el lunes Julio Linares', fue el comentario, entre sonrisas, del presidente de la CMT, en referencia a las declaraciones del director general de Coordinación de Telefónica en las que pidió el fin de la regulación nacional y a la inusual coincidencia de discursos.

Para la CMT, la razón del cambio de escenario es el salto cualitativo que van a suponer las redes de nueva generación, por la fuerte inversión, los riegos y la innovación que necesitan. A partir de ahora, la competencia se debe basar en infraestructuras y 'en un escenario en que haya rivalidad real de redes se puede eliminar la regulación'. Pero para llegar a esa competencia real queda tiempo y nunca sucederá a la vez en toda España. Se desarrollará gradualmente y en las zonas más densamente pobladas primero, de donde surge la necesidad de abolir la uniformidad de la regulación. 'El traje ya no puede ser el mismo', en palabras de Rodríguez. Por eso, la tendencia debe ser ir reduciendo la regulación donde haya varias redes, incluidas las móviles de banda ancha u otras tecnologías. Allí donde no haya rivalidad, se mantendrá la normativa.

Estas declaraciones, sin embargo, sólo podrán plasmarse a medio plazo. Mientras, Telefónica ha reclamado una guía clara de cómo va a ser la regulación, porque no está dispuesta a invertir sin saber si, cómo y en qué condiciones tendrá que abrir sus redes.

Es un círculo sin cierre, porque la CMT no podrá definir su regulación hasta que constate el nivel de competencia existente y la fórmula o tecnología con la que se despliegan las nuevas redes. Consciente del problema, la comisión anunció ayer que en noviembre anunciará una 'declaración de intenciones', un documento en el que se adelantarán las líneas maestras de la regulación que se aprobará más tarde, con escenarios y modelos para que las operadoras sepan con antelación y transparencia por dónde irán los tiros.

La banda ancha como servicio universal, a las puertas

Telefónica definió el lunes tres zonas de competencia. La primera, con rivalidad de varias redes, donde pide que se elimine la regulación. La segunda, con una única infraestructura, donde admite ser regulada. La tercera es la parte del país que no resulta rentable para la iniciativa privada. Allí es donde pidió que llegara la financiación pública.El presidente de la CMT se refirió a las dos primeras zonas. Y es que la tercera no es competencia suya. La banda ancha como servicio para toda España sólo puede ser reclamado si se aprueba su inclusión en el servicio universal y eso es algo que compete al Gobierno y a la Comisión Europea. En ese caso, se puede hacer un fondo que financie el despliegue allí donde no es rentable. Bruselas debatió esta inclusión hace algún tiempo y decidió esperar. Ahora, sin embargo, la aprobación de una banda ancha universal 'no se va a retrasar mucho', anunció Reinaldo. Eso sí, la red no será la misma que en el centro de las ciudades y probablemente las tecnologías de acceso en estas zonas serán inalámbricas.

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