El BCE vacila entre la falta de liquidez y una inflación domesticada
La evolución de los mercados será clave en la decisión sobre tipos, según los analistas
El lenguaje de signos del Banco Central Europeo se manifestó el miércoles. Y lo hizo sin apenas moverse, señalando con el dedo lo que su presidente, Jean-Claude Trichet, había declarado el pasado 2 de agosto. El gesto ha sembrado dudas sobre si la entidad subirá o no los tipos de interés en su reunión del próximo 6 de septiembre. A decir de los expertos, pocas cosas están claras: primero, que el consejo del BCE, que tras todo lo llovido no se ha reunido desde principios de mes, todavía está meditando una decisión. Y, segundo, ésta se tomará en función de cómo evolucione la Bolsa de aquí a septiembre.
'Están reconsiderando la situación', apunta José Luis Alzola, director de análisis económico y de mercado de Citigroup. 'No creo que quieran ir tan lejos si se mantiene la tensión en el mercado hipotecario'. Ante un plazo de tiempo tan corto, los expertos fijan el rumbo en la Bolsa. 'Los datos económicos de aquí a septiembre no van a variar mucho', tercia David Cano, analista de AFI. 'Por eso el BCE condicionará su decisión según las turbulencias de los mercados financieros. Si vemos una caída importante en Bolsa, el BCE no tocará los tipos'.
Partiendo de los indicadores económicos, la inflación, situada en julio en el 1,8% cuando el objetivo oficial del BCE es del 2%, no requiere atención urgente. La crisis de liquidez, cuyo rumbo es imprevisible, podría minimizarse en una tormenta pasajera. También podría no hacerlo. 'El coste de no aumentar los tipos si la economía lo necesita es muy pequeño. Pero si estamos ante las puertas de una recesión, y subimos los tipos, sería muy mala noticia', subraya Cano.
El coste de oportunidad, piedra de toque en toda decisión, marca un camino evidente: esperar. 'Siempre quedará tiempo para subir los tipos', consensúan los analistas. 'Esta asimetría debería justificar que el BCE esperara a otro momento para tomar una decisión', resuelve José Carlos Díez, analista de Intermoney.
Pero la psicología económica, compañero dudoso, tiene mucha influencia entre el mercado. Los expertos ven dos versiones en la obstinación del BCE por subir los tipos. Que tiene sólidos fundamentos que indican que la economía es inmune a la crisis crediticia, o que sea una táctica para transmitir normalidad al mercado. Todos los consultados esperan que sea lo primero. 'Si el BCE sube los tipos en septiembre, será el mayor error que cometa desde su creación', remarca Carlos Díez.
Ben Bernanke se sabe la lección. El director de la Reserva Federal remarcaba, en sus trabajos universitarios sobre la Gran Depresión de 1929, que la Fed tuvo gran parte de culpa. Tras el crac bursátil, la entidad subió los tipos de interés para transmitir confianza.
Ahora, la Fed apunta a bajar tipos en su reunión del 18 de septiembre, pero con una situación muy diferente a la europea: el crecimiento del país ya se estaba deteriorando antes de la crisis. La falta de liquidez sólo ha acelerado el proceso. Justo cuando el crecimiento europeo empieza a presentar signos de agotamiento. El cambio de ciclo económico, impuesto por una crisis que viene de fuera, podría coger al BCE con el pie cambiado. Las dudas llegan en mal momento: el 6 de septiembre será demasiado pronto para saberlo. 'La Bolsa trazará el camino', remata Cano.
Rescatar tramposos
El dilema del BCE es verse obligada a cambiar su discurso por unos especuladores que se arriesgaron más de la cuenta. 'El BCE no está para rescatar a tramposos', apuntan desde AFI. 'Pero los tramposos pueden acabar arrastrando al resto de la economía'.
Un cóctel inédito: aportar dinero y subir los tipos
La inyección masiva llevada a cabo por el BCE abre una combinación nunca vista, si se decide a subir los tipos. 'Entonces el BCE debería aumentar el tipo de interés interbancario', razona José Carlos Díez, de Intermoney. 'Para ello, tendría que retirar dinero en circulación. ¿Cuanto quitarán entonces? ¿Más o menos del que ya han inyectado? Es una gran incoherencia'.Otros consideran que se trata de dos diagnósticos distintos. 'Hay un problema de liquidez porque los bancos tienen miedo a prestarse dinero', considera David Cano, de AFI. Solución: inyectar grandes sumas en las subastas del BCE. 'Luego, si la economía crece con fuerza: subo los tipos. La liquidez puede no tener nada que ver con la economía', sentencia.