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CincoSentidos

La escasez de medusas ofrece una tregua al sector turístico

Las autoridades mantienen especial vigilancia en aguas de Málaga, Granada, Almería y Murcia.

La escasez de medusas ofrece una tregua al sector turístico
La escasez de medusas ofrece una tregua al sector turísticoREUTERS

Hoteleros y turistas respiran tranquilos. Tras varios años de molestas visitas, este verano las medusas apenas llegan a las costas y medio país disfruta de la playa sin sobresaltos. 'Las expectativas de temperaturas del agua hicieron que cundiera cierta alarma en el mes de mayo y que demandáramos soluciones ante posibles plagas', explica Francisco Marín, presidente de la Asociación de Hoteleros Playa de Palma, 'al final no se ha hecho mucho más que en 2006, pero afortunadamente estamos teniendo una temporada sin incidencias'.

Las poco más de diez toneladas recogidas hasta el momento durante la campaña Medusas 2007, principalmente en aguas granadinas, malagueñas, melillenses y levantinas, ni mucho menos tienen que ver con el azote que el año pasado afectó a buena parte del litoral.

Pero no se puede bajar la guardia. La amenaza, según los expertos, aparece de un día para otro sin previo aviso. 'Mantenemos una vigilancia intensiva especialmente en aguas de Granada, Málaga, Almería y Murcia', cita un portavoz del Ministerio de Medio Ambiente, organismo que mantiene abierto un estudio sobre la detección y comportamiento de grandes bancos de medusas.

El Gobierno mantiene observadores para detectar y estudiar los bancos de medusas

A pie de playa trabajan más de 100 observadores con autorización oficial: 'Algunos son especialistas en biología marina y otros simples pescadores que colaboran con nuestra campaña', afirma el Ministerio. 23 de estas unidades de prevención permanecen en Baleares, la Comunidad con mayor presencia de estos vigilantes de las playas. Málaga tiene 17 unidades, Cádiz emplea a 13, Barcelona figura en el programa con 11 o Gerona con seis.

Por zonas afectadas, el último parte oficial, del 13 de agosto, alarmaba sobre 'abundancia' de medusas en Almería, Melilla, Murcia, Melilla y Málaga. Una presencia de cnidarios que no es agradable tema de conversación para los empresarios del turismo, quienes cruzan los dedos para que finalice el verano sin grandes alarmas: 'El calentamiento del agua implica la aparición de medusas en zonas donde antes no las teníamos. Aunque el problema sea de enorme complejidad, hay que actuar mientras sea controlable', dice Antonio Aranda, gerente de la Asociación de Empresario Hoteleros de la Costa del Sol.

El porcentaje de ocupación hotelera en el mes de julio en las playas malagueñas alcanzó el 78,88%, 2 puntos por encima de 2006, y para agosto se espera entre el 88% y el 90%. Ni rastro, por tanto, de un presunto temor entre los visitantes a que volvieran los enjambres marinos. 'Este año sólo hemos tenido tres o cuatro días de medusas. Se trata de un fenómeno que aún no alarma en nuestra zona', asegura Aranda, 'nosotros estamos más preocupados por que se realice un control eficiente de las aguas residuales y que estas no mermen la calidad de las playas'.

En lugares de aguas más cálidas, como Murcia o Levante también se goza de cierta tregua. Datos de la Consejería de Agricultura y Agua de Murcia refrendan que las redes están recogiendo hasta diez veces menos celentéreos que en 2006. Por si volvieran en masa, más de 100.000 metros cuadrados de zonas de baño están protegidas por 43 kilómetros de redes, una solución puesta en entredicho por la comunidad científica. 'La eficacia de las redes no está clara porque las medusas pueden cortarse en mil pedazos que pasan inadvertidos para los bañistas, pero cuyo roce causa el mismo efecto urticante', opina Dacha Atienza, bióloga marina del Instituto de Ciencias del Mar, 'además se convierte en una piscina lo que debería ser un entorno natural y eso no es positivo'.

En la turística localidad costera de San Pedro del Pinatar (Murcia), sin redes de protección, pasan un verano como no ha habido otro en las ultimas temporadas: 'Estamos tranquilos, pero creemos que la presencia de medusas es cíclica y si el año que viene quisieran volver prácticamente sería inevitable que llegaran hasta las playas, por lo que hay que seguir trabajando', relata Marcos Gracia, concejal de Turismo de la localidad.

Ayuntamientos como el granadino de Motril se han apresurado este verano a contar que las zonas de baño están limpias. Su concejal de turismo, Francisco Villoslada, calcula que se pescan un 80% menos de estos invertebrados que en 2006 y destaca que los medios de vigilancia están en alerta durante todo el periodo estival. Todo por no perder el maná que llega en forma de viajeros.

El mallorquín Francisco Marín cree que tres meses de tregua no deben hacer que este problema para el turismo caiga en el olvido: 'Si los turistas se ven amenazados en España, también lo estarán en otros países por lo que habría que actuar en bloque'.

Picaduras de poco riesgo

Escuchar su nombre, Pelagia noctiluca, evoca urticaria. Se trata de una de las medusas -la luminiscente- más comunes y con una picadura más dolorosa entre las que veranean en España. Pero no es peligrosa: 'Puede causar problemas respiratorios, cardiovasculares y dermatológicos durante semanas', señala Medio Ambiente.'En España no tenemos ninguna especie de alto riesgo, como sí lo son las cubomedusas de Australia', tranquiliza Dacha Atienza, bióloga marina del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. Otras que suelen verse por aquí son la huevo frito, de leve poder urticante; la irritante aguaviva; la Aurelia aurita, de hasta 25 centímetros de diámetro y baja peligrosidad; y la medusa de compases, de tamaño aún mayor y picadura de fuerte escozor. La carabela portuguesa, quizás la más grande y de mayor riesgo, registra una presencia mínima en el Mediterráneo.Estos invertebrados encontraban en las costas una barrera natural que se ha venido abajo. æpermil;sta se basa en la salinidad inferior de las aguas motivada por la desembocadura de los ríos: 'Hoy buena parte del agua dulce se queda en las presas y el grado de salinidad de las aguas poco profundas se ha nivelado con el de mar abierto, por lo que las medusas son arrastradas hasta las playas', dice Atienza.La bióloga cree que para equilibrar la población es precisa una estricta política contra la sobrepesca de depredadores como el atún rojo.

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