Viviendas con la firma de un diseñador de prestigio

Las constructoras contratan a diseñadores de renombre para vender pisos de lujo

Los pisos con firma de diseñadores estrella se han puesto de moda y los primeros en sacar provecho han sido el francés Philippe Starck, en Hamburgo, Múnich y, próximamente, en Madrid; o Jade Jagger, hija del líder de The Rolling Stones, en Nueva York. El concepto responde a una nueva estrategia del negocio inmobiliario: viviendas de marcas exclusivas que se conciben, construyen y venden en cooperación con los diseñadores. 'Son espacios que pretenden crear un nuevo vínculo entre creatividad y hábitat en los barrios más exclusivos de las grandes metrópolis del mundo', afirma Thomas Becker, jefe de la oficina alemana de Yoo, la empresa de promoción inmobiliaria de Starck, autor del Paramount Hotel de Nueva York, el Café Costes de París y el Delano Hotel de Miami.

'Aunque están destinados a una pequeña clientela, responden al espíritu de nuestro tiempo', comenta Thomas Beyerle, analista jefe de DEGI, la sociedad inmobiliaria de Allianz y Dresdner Bank. Cada uno de los apartamentos de Starck puede personalizarse. En los que el diseñador francés ha diseñado en el puerto de Hamburgo, por ejemplo, los vecinos comparten espacios comunes (lobby, pasillos, ascensores y espacios wellness), pero optan entre cuatro estilos de decoración interior: Classic, Nature, Minimal y Culture. También existe la posibilidad de adquirir todo de Starck, incluso los muebles, u optar por sólo una parte de su programa. Las 63 viviendas, de entre 70 y 260 metros cuadrados, estarán listas a finales de este año. Su precio oscila entre los 400.000 euros y los 7,3 millones. Una vez puesta en marcha esta máquina de hacer dinero no para: sus próximos proyectos se ubican en Colonia, Berlín, Fráncfort y Düsseldorf.

En Nueva York, Jade Jagger ha diseñado para Yoo 56 apartamentos en la calle 19 (16 West), con jardín, bar, lounge y espacios wellness y spa comunes. Y el propio Philippe Starck ha encabezado un proyecto de 375 millones de dólares para levantar 326 apartamentos en el antiguo edificio de JPMorgan, de 34 plantas. Una obra en la que coopera Boymelgreen Development Company, promotora de lujo con presencia en Nueva York, Miami y Las Vegas.

En Europa tampoco faltan los grandes impulsores de este tipo de iniciativas que aúnan arte y arquitectura. El grupo alemán Frankonia Eurobau construirá en la segunda mitad de este año dos espectaculares edificios de viviendas en el puerto fluvial de Düsseldorf, convertido hoy en un atractivo centro comercial y de servicios a orillas del Rin. El proyecto de Frankonia asciende a 80 millones de euros y a las dos torres de 18 plantas (superarán en altura las obras colindantes del arquitecto Frank Gehry) se podrá acceder en barco. Además, sobre su tejado se alzarán varias esculturas de nueve metros de alto de Markus Lüpertz, el director de la Academia de Arte de Düsseldorf.

Bajo el eslogan 'el arte de vivir', la constructora Hochtief dirige otro impactante proyecto inmobiliario en Múnich, denominado Carré d'art, en el que combina la remodelación de edificios modernistas protegidos -Palais Renoir, de 1850, y Grand Ensemble Monet, de 1910- con la construcción de nuevos bloques de casas de moderna arquitectura.

Tal carga de diseño responde, según la consultora de investigación social Trendbüro, a las necesidades de una sociedad con una elevada motivación por mejorar. Y las constructoras añaden que el auge de la demanda de viviendas en las mayores ciudades europeas llama a la especialización para captar al cliente más pudiente. Sobre todo a los solteros. En las grandes urbes alemanas, cunas de esta tendencia, uno de cada dos hogares está ocupado por una sola persona. 'El futuro es urbano', cree Horst Opaschowski, director de la Fundación Tendencias Futuras de la Universidad de Hamburgo. Los singles y los mayores marcarán el perfil de las ciudades del futuro. 'Quien se lo pueda permitir, vivirá en la ciudad para ahorrar tiempo.' Y será en el universo urbano donde se dé la mayor polarización entre los ricos y los pobres del futuro.

Starck, de obras en Madrid

A las más de 4.000 viviendas que ya llevan la marca de Philippe Starck en ciudades como Londres, Hong Kong, Miami o Nueva York, se sumarán próximamente 28 apartamentos en el corazón de Madrid.Su empresa de diseño para inmuebles, Yoo, colabora con el grupo inmobiliario español Monteverde en el que será el primer edificio de Starck en Madrid, con 3.000 metros cuadrados de superficie. Ambas empresas han elegido un antiguo inmueble de la calle Santa Isabel, cercano al museo Reina Sofía, para crear todo un entorno de lujo.Pero no faltan las voces críticas ante el creciente peso que toma la cultura de concebir las viviendas desde el interior. 'Una vivienda escaparate no es un hogar', dice el británico Trevor Naylor, auto de Living normally, obra en la que presenta imágenes de 'viviendas normales de gente corriente'. Frente a la nueva 'tiranía de las modas en interiorismo y decoración', el diario The Guardian es de los que aplaude la propuesta de Trevor Naylor.En el mismo sentido se expresaba en un artículo Marten Rolff, redactor del rotativo alemán Süddeutsche Zeitung, quien atribuye la celeridad con la que cambian las modas en interiorismo y decoración al nuevo vínculo entre el diseño, el arte, la arquitectura y el mundo de la moda. Y es que los modistas también crean muebles y accesorios. Una corriente que se consolidará en cuanto la cadena sueca textil H&M saque en otoño su colección Home, como ya hiciera la española Zara.Además, cada mes se inaugura un nuevo hotel de diseño en alguna parte del mundo. 'La gente viaja mucho y comparte este proceso', dice la experta Juliane Zimmer, subdirectora de la revista de diseño interior Schöner Wohnen. Peter Wippermann, profesor de diseño de la comunicación de la Universidad de Duisburg-Essen, habla incluso de fetichismo en el mundo de la decoración.Pero, ¿quién escapa de los dictados de la moda? Incluso la apuesta 'antiestilo' de Trevor Naylor se está convirtiendo en tendencia. Lo dice la consultora Trendbüro: 'Estamos observando un nuevo collage de estilos de decoración'. Parece que lo de menos es el contenido, siempre que incluya el reclamo una figura de renombre.