Venturo, de la mina de carbón a la cartografía

Ortofotografía. Recién llegada al negocio de la cartografía e implantada en un antiguo pozo minero asturiano, Venturo busca consolidarse como una de las grandes del sector.

El mundo visto desde el cielo esconde muchos secretos que escapan al ojo. En Castilla y León, por ejemplo, perdura un enorme 'arriba Franco' escrito en la ladera de un monte, y en medio de Aragón se pueden ver círculos perfectos que recuerdan a los de la película Señales. La empresa de cartografía Venturo XXI se encuentra de vez en cuando con alguna de estas perlas cuando elabora sus fotografías aéreas a escala, también llamadas ortofotos.

Esta empresa, fundada en 2005 por dos empresarios extremeños y con la colaboración de varios emprendedores asturianos, se dedica a un negocio poco conocido pero muy vinculado al de un país en el que el sector de la construcción aglutina entre el 12% y el 15% del PIB, y en el que el urbanismo ocupa las primeras páginas de los diarios más a menudo de lo deseado: la cartografía y sus diferentes vertientes. Ortofotos, mapas y los servicios de gestión catastral permiten gestionar subvenciones o detectar irregularidades urbanísticas. Venturo se ha puesto como objetivo consolidarse como una de las tres grandes en un sector cuyo mayor cliente es el mismo Estado.

Para entrar con buen pie en el negocio, la empresa cuenta con un efectivo de 115 personas y con 12 terminales de ortofotografía, 40 ordenadores de restitución y 25 equipos para catastro, la mayor infraestructura de España según la empresa. Los principales clientes de Venturo provienen de la Administración pública. Con el nuevo Plan Nacional de Ortofotografía Aérea, el Ministerio de Fomento tiene previsto actualizar el mapa aéreo nacional cada dos años, al cual ha destinado 14,5 millones de euros. Y Venturo espera sacar pronto parte de esta tajada: de momento ya consiguió el contrato para que Aragón y sus 47.000 kilómetros cuadrados se vean desde el cielo (se paga unos 29 euros por cada km2).

El sector de la cartografía se profesionaliza tras años de mercados fragmentados. 'Está habiendo una gran revolución, un momento crítico', explica Francisco Papi Montanel, jefe del servicio de levantamiento topográfico en el Instituto Geográfico Nacional. 'Por ejemplo, el Gobierno de Canarias ha vendido a Google las imágenes de las islas para su software de Google Earth. Y tanto Google como Microsoft están en contacto con nosotros para conseguir nuestras imágenes', afirma Papi Montanel.

La ortofotografía es la apuesta fuerte de la empresa. El proyecto de Aragón requerirá unas 6.000 fotografías tomadas por avión, que después deben ser ensambladas en un complejo rompecabezas. Los ingenieros técnicos recurren a unas estilizadas gafas oscuras para poder ver dos imágenes solapadas y de esta manera conectar puntos, marcar relieves y definir escalas.

Venturo eligió la antigua zona minera de San Martín del Rey Aurelio, en Asturias, para desarrollar su actividad. Incluso el nombre fue heredado del antiguo pozo, donde trasladó su sede el año pasado. Muchos empleados aún recuerdan el día en que los jardineros podaron los matorrales del pequeño parque de enfrente y descubrieron cómo cada una de las plantas dibujaba una letra correspondiente al nombre del lugar: el Pozo Venturo 1956.

'La elección del sitio fue un poco sentimental, a propuesta del Hunosa (la antigua compañía de carbón del norte) y del Idepa (Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias), pero también fue porque este local es uno de los mejores sitios de arquitectura industrial de la zona', explica el director general de Venturo, Pedro Llorens.

La empresa espera no tener perdidas este año para poder despegar en 2009 y alcanzar beneficios. ¿Cómo dará ese salto? Gracias a los mercados internacionales, según los directivos. Todavía no han cerrado ningún trato, pero todos esperan la llegada de buenas noticias desde América Latina y Europa del Este.

Datos básicos

Resultados. Fundada en 2005, Venturo facturó 1,1 millones de euros en el ejercicio 2006, con unas pérdidas de 400.000 euros. La empresa espera alcanzar el punto muerto este año, con unos ingresos de 3,5 millones de euros.Aragón. Más de 6.000 fotografías darán un panorama de los 47.000 kilómetros cuadrados de la Comunidad de Aragón. Venturo consiguió uno de los más jugosos contratos del Plan Nacional de Fotografía Aérea. El proyecto durará entre seis y ocho meses.Resolución. Hasta 25 cm de resolución permiten alcanzar las ortofotos. La alternativa, las imágenes por satélite, alcanzan una menor precisión (un metro) y su edición exige más tiempo.Aplicaciones. La fotografía aérea tiene múltiples utilidades para los Gobiernos: al Ministerio de Medio Ambiente le sirve para la gestión de costas; Agricultura evalúa con ellas las ayudas agrícolas; Fomento elabora estudios previos a obras, etcétera. A todo esto hay que sumar aplicaciones del sector privado, como Google Earth o su recién llegado competidor Virtual Earth, lanzado por Microsoft.

Hijos y nietos del Pozo Venturo

Manuel y Rosana tienen un vínculo de sangre con el Pozo Venturo. El azar quiso que ambos terminasen trabajando en el mismo sitio en el que el padre del primero y el abuelo de la segunda trabajaron como mineros.'El día que vine con mi padre estaba emocionado, me explicaba dónde estaban los vestuarios, la ducha...; lo único que queda en pie de esa época es la escalera de la entrada', explica Manuel González, de 23 años. 'Mi abuelo no lo llegó a ver, pero a mi abuela le hizo mucha gracia', cuenta Rosana Pérez, de 23 años.La región ha sabido cambiar el pico y la pala por el ordenador y las tecnologías de la información, según Víctor González, director general del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (Idepa). 'Apostamos por la creación de un Silicon Valley, para paliar la desaparición de 18.500 puestos de trabajo de la minería'; una actividad que aún mantiene el 3% del PIB del Principado.'Ahora los hijos de mineros pueden trabajar en empresas como Venturo. Estos dos casos son un verdadero símbolo de lo que pasa allí', resalta González.