'Tosca' vibra en el lago
La ciudad austriaca de Bregenz, a orillas del lago Constanza, se engalana en verano para acoger su festival anual de música. Este año, y el que viene, el plato fuerte será la célebre ópera de Puccini
Un ojo inmenso, vigilante, se asoma a la superficie del lago. Es el decorado espectacular de Tosca, la ópera de Puccini que este año y el próximo serán plato fuerte del Festival de Bregenz. Hace años, todo era más precario; ahora, tanto el escenario que flota sobre el agua como las gradas de los espectadores (7.000) son un inmenso auditorio a cielo abierto, unido a un Palacio del Festival completamente renovado el pasado año. Así, el conjunto dispone de tres escenarios, el lacustre, otro dentro del Palacio y un pequeño espacio de cámara. A ello se suma el Teatro Municipal y algún otro recinto; el festival ofrece, cada día de julio y agosto, un verdadero festín de vanguardia, por las obras o los montajes.
Y no sólo desde el punto de vista musical o escénico. Junto al viejo edificio imperial de Correos, el suizo Peter Zumthor ha levantado un cubo de cristal, la Kunsthaus o Casa del Arte (KUB), que es posiblemente uno de los ámbitos más radicales y bellos consagrados al arte en Europa. Jean Nouvel o Hans Hollein firman otras construcciones. Tanto Bregenz como, en general, el land o región de Vorarlberg (en la que ejerce como capital de facto) son lugares ricos, los más ricos de Austria; y tanto los entes oficiales como los propios vecinos se permiten sedes y villas que vienen a estudiar o admirar arquitectos de todo el mundo.
Algunas de esas viviendas del futuro pluscuamperfecto se asoman al lago desde las colinas que arropan a Bregenz. El lago parece un pequeño mar domesticado. Tres países, Alemania, Suiza y Austria, comparten sus riberas. Los romanos fueron de los primeros en ponerle bridas, en forma de muelles y puertos; Brigantium (Bregenz) tuvo el suyo, excavado en su día. El pasado de la ciudad puede seguirse en el Landesmuseum. Sin embargo, Bregenz no ofrece el aspecto de una ciudad antigua, parece más bien un parque o jardín civilizadísimo y tranquilo abierto al lago, que es su alma; un alma incesantemente escudriñada a través de paseos señoriales, quioscos lacustres o barcos que realizan travesías de placer (alguno tan antiguo como el Hohentwiel, de 1913, que aún puede funcionar con paletas).
Sólo en la parte alta, arrinconado contra la montaña, resiste el burgo medieval. Apenas una puerta, un par de iglesias y algunos rincones llenos de encanto. La ciudad le fue 'comiendo' terreno al lago (que antes lamía los muros medievales) y ahora la vida discurre en barrios recoletos, plagados de tiendas elegantes, galerías de arte y terrazas libatorias, o en las amplias avenidas y paseos que bordean el lago; siempre bajo el signo de la opulencia y una distinción aburguesada.
La cara alpina de Bregenz (mejor dicho, su 'espalda') es el Pfänder, un pico que parece mucho más alto de lo que es, y al que se puede ascender en un teleférico ya centenario (pero rejuvenecido, claro); arriba, las panorámicas son soberbias, se abarca el lago multinacional y buena parte de los Alpes orientales. En esas montañas a espaldas de Bregenz se esconde la capital 'oficial' del land, Dornbirn, y pueblos alpinos tan hermosos como Schwarzenberg, donde se celebran ahora las Schubertiadas (otro festival de primera, en junio y septiembre); de allí era la familia de Angelika Kauffmann (la pintora coetánea de Goethe), que pintó algunos cuadros en la iglesia parroquial y tiene su propio museo en una granja del pueblo. En esta región culta y rica parecen estar siempre alertas, vigilantes, siempre a la última.
Guía para el viajero
Cómo irEl aeropuerto más cercano (a una hora aproximadamente) es el de Zúrich. Swiss (901 116712, www.swiss.com) tiene varios vuelos diarios desde Madrid. Según fechas y disponibilidad se pueden conseguir plazas a partir de 58 euros ida/vuelta. Desde Zurich se puede llegar a Bregenz por tren, o bien con alguna de las compañías de autocares que parten del aeropuerto.AlojamientoHotel Deuring Schlössle (Ehre-Guta Platz 4, en el casco medieval, +43 (0) 5574 47800, www.tiscover.at/deuringschloessle), elegante, con pinturas de Egon Schiele, refinada gastronomía. Más asequible: Hotel Ibis Bregenz (St. Anne Strasse 11, +43 (0) 5574 52450, www.ibishotel.com), cerca de la Kornmarkplatz o plaza central. A partir de 60 euros.ComerKornmesser (Kornmarktrasse 5, +43 (0) 5574 54854, www.kornmesser,at), edificio de 1728 junto al KUB, terraza y platos regionales. En Schwarzenberg: Gasthof Adler (en la plaza, +43 (0) 5512 2966), exquisita cocina, regional y creativa, distinguida con dos gorros Gault-Millau. Una opción distinguida: cenar a bordo del antiguo vapor Hohentwiel (+43 (0) 5574 489830).InformaciónEl festival de Bregenz se celebra del 18 de julio al 19 de agosto. Las schubertiadas, entre el 23 de agosto y el 9 de septiembre (91.542.68.32) y www.bregenzerfestspiele.com.