Sectores alimentarios cuestionan las ayudas para producir bioetanol
Los biocombustibles tienen en el campo más detractores de lo esperado. Parte del sector agroalimentario reclama que se replanteen las ayudas que reciben los agricultores que dedican sus cultivos al bioetanol. 'Repercute en la subida de los precios de los alimentos', dicen desde el sector.
Los precios de los alimentos frescos subieron en los últimos doce meses alrededor del 5%; un dato que dobla al del IPC. Además, tanto el Gobierno como el Banco de España han pronosticado nuevas subidas en los precios de huevos, lácteos o pan. Ante esta situación, asociaciones del sector agroalimentario consideran, según han declarado a este periódico, que las autoridades deben prestar más atención al problema que supone que la materia prima de la que se sirven, el cereal, se esté utilizando masivamente para producir bioetanol. 'El modelo de apoyo a los biocarburantes deja en desventaja al sector agroalimentario', comentan desde la Organización Interprofesional del Huevo
En 12 meses el precio de cebada, trigo y maíz ha aumentado alrededor del 40%. En el caso del trigo para pienso la subida ha sido del 45% en la lonja agropecuaria del Ebro. Las subvenciones que reciben los agricultores por cultivar cereales para fabricar bioetanol es uno de los motivos de estas subidas (por cada hectárea de cultivo destinada a biocombustibles el agricultor recibe una cuantía comunitaria de 45 euros, más el precio que pague la industria transformadora). Y parece que las ayudas funcionan, ya que se estima que la producción de biocombustible en España alcance el millón de toneladas en 2007, cantidad que duplica la del año anterior, según la consultora DBK.
En EE UU la situación es más llamativa ya que según la OCDE, la producción de etanol, y por ende de su principal insumo el maíz, se duplicará en 10 años. Como consecuencia, en 2016 un 32% de la producción total del cultivo del cereal se dedicaría a la obtención de combustible.
El encarecimiento de los cereales produce un efecto dominó en otros sectores que acaba repercutiendo en el consumidor. El cliente final 'no sabe que es el bioetanol y lo están pagando' dice un portavoz de la Interprofesional del Huevo. Los costes de producción de huevo en España han subido más de un 20% desde enero según la patronal, debido al crecimiento de los precios de los cereales que se utilizan para alimentar a las gallinas. Desde la organización se quejan de las ayudas: 'se apoya mucho al biodiésel sin darse cuenta que se lo quitan a los alimentos'.
El sector cárnico, que subió el precio de la carne de ave un 8,2% respecto a 2006, y el de los lácteos también padecen los altos precios de los cereales. Los piensos suponen el principal coste de la ganadería, por lo que es 'imprescindible para la supervivencia del sector un incremento de los precios', dice la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas.
La leche, que desde enero ha subido 6 céntimos su precio, se prevé que también encarezca, 'en parte' por el mismo motivo. Según los cálculos de la Federación Nacional de las Industrias Lácteas valdrá en un mes 4 céntimos más que ahora.
Pero los más perjudicados por la escasez de cereal son los harineros y panaderos. El coste del pan subió un 6,1% respecto al año pasado y se estima que lo siga haciendo. El presidente de la Asociación de Fabricantes de Harinas y Sémolas de España, Ramón Sánchez, se muestra preocupado porque el coste del trigo en la fabricación de harina representa ya el 75% de los gastos. La situación es 'preocupante' ya que el déficit mundial en la producción de trigo lleva al 'stock mundial a sus niveles mínimos en 25 años'.
La CE niega la relación
La Comisión Europea niega cualquier relación entre el bioetanol y el alza de los precios en la cesta de la compra. Según la CE, la producción de biocarburantes será una salida 'marginal' a la que destinar las cosechas de cereales de la UE hasta, al menos, 2010. Sin embargo, la Comisión acordó imponer un uso mínimo de biocarburantes, de manera que en 2020 suponga el 10% de la energía en el transporte.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) coincide con las asociaciones del sector. Ya ha advertido que el crecimiento del bioetanol tendrá como efecto el aumento de los precios agrícolas en el próximo decenio.
Italia y México, pioneros en la escalada de precios
El alza del cereal ya ha pasado factura en otros países. En México el precio de la tortilla de maíz (uno de los alimentos básicos para su población) subió vertiginosamente a principio de año provocando agrias protestas de la población. La tortilla de maíz llegó a aumentar un 70% su precio por la demanda de etanol de Estados Unidos cuyo gobierno ha aprobado un programa cuya meta es duplicar la producción de este alcohol en siete años. Con el tratado de libre comercio norteamericano sus socios comerciales como México, se vieron afectados. Actualmente la situación se ha normalizado y tras tocar el techo en junio, los precios del maíz han comenzado a bajar bruscamente hasta llegar a niveles de septiembre de 2006.El Gobierno mexicano anunció ayer que no será necesaria la firma de un nuevo pacto de maíz-tortilla, ya que en el país habrá un excedente de 1,5 a dos millones de toneladas del grano.Italia, donde la base de la dieta es la pasta, también ha comenzado a sufrir el avance de los bioetanoles en Europa. Los fabricantes de pasta italianos han advertido ya que aumentarán sus precios tras el verano hasta un 20%, debido a la disminución de los cultivos de trigo, que han pasado a ser sustituidos por los de maíz con el objetivo de fabricar biocarburantes. El coste de la harina de trigo ha subido en unas semanas un 50% en los mercados internacionales, donde los italianos adquieren el 60% de la harina. Por ahora, uno de los principales productores de pasta, De Cecco, ya ha subido sus productos un 10%. El problema del encarecimiento de los cereales, lejos de ser anecdótico, repercutirá en muchos países, según advierte la OCDE.