Mano dura para un icono en horas bajas
El fondo de capital riesgo Cerberus deseaba lanzar un mensaje claro el lunes, cuando presentó en sociedad el nuevo equipo directivo de Chrysler. Para ello, difícilmente podría haber elegido a un directivo mejor como nuevo presidente. Robert Nardelli probablemente no tenga la más remota idea de cómo se diseña, desarrolla, construye y vende un coche, pero ha demostrado que sabe llevar una empresa y que tiene mano dura para reconducir una compañía en horas bajas -en 2006 perdió 1.111 dólares por cada coche vendido en EE UU el año pasado- que ha decidido recuperar su antiguo logotipo.
Nardelli (Pensilvania, 1948) era en 2000 uno de los dos aspirantes a suceder a Jack Welch al frente de General Electric, el mayor grupo industrial del mundo. Pero perdió. Ganó Jeffrey Immelt y Nardelli dejó la compañía y se refugió en Home Depot, la mayor cadena de venta de artículos para reformas y decoración. Allí desplegó todas las cualidades que le han hecho conocido en EE UU: mando con actitud militar y una cierta dosis de arrogancia que provocó el distanciamiento de los fundadores de la compañía, de los accionistas incluso de los restantes miembros del equipo directivo. También se granjeó la fama de poseer una inmensa de capacidad de disciplinado trabajo. Los resultados le avalan, y Home Depot ha pasado de ganar 2.130 millones en 2001 a 4.032 millones en 2006. Los ingresos se duplicaron hasta 90.387 millones de dólares, 63.270 millones de euros.
Nardelli fue durante tiempo sinónimo de altos sueldos, pero eso no sucederá en Chrysler: tendrá un salario de un dólar.