Un olfato que vale más de 3.000 millones
Desde que abandonara Fadesa, el pasado año, a Manuel Jove le llaman El Generoso. Porque una vez acordada la venta de la inmobiliaria gallega, que él mismo fundara en los años setenta, al empresario Fernando Martín por más de 4.000 millones de euros, decidió repartir 30 millones entre empleados de la compañía. 'Fue un acto de generosidad,' dice un empresario que ha realizado negocios conjuntos con Jove. 'Pero también de inteligencia: hablarán bien de él', añade.
Pero lo que muchos pensaban a finales de 2006 era que de Jove simplemente ya no se iba a hablar. Una vez vendida la compañía de su vida, Fadesa, al empresario gallego le veían felizmente viviendo retirado en Galicia o en alguno de los países en los que, seguro, sería muy bien recibido: Marruecos (donde impulsó la apuesta de las inmobiliarias españolas por el país y estrechó lazos con el Gobierno y la familia real alauí) o México (país en el que también invirtió cientos de millones y donde todavía mantiene alguna sociedad). Y, sin embargo, Jove casi ha sido más noticia desde su salida de Fadesa que antes.
Se le ha situado en las batallas eléctricas de Endesa o Iberdrola, en el accionariado de Repsol o en el intento de adquisición de la primera aerolínea española, Iberia, entre otras. A las plusvalías logradas por la venta de Fadesa había que añadir las conseguidas por la venta, en 2006, del 4,5% que Jove tenía en Unión Fenosa al grupo ACS, por 550,75 millones de euros. El hombre, posiblemente, con más liquidez de España aparecía en todas las quinielas corporativas, algo parecido a lo que ha ocurrido en las últimas semanas con la persona de Rodrigo Rato (al que también se le ha situado en todo tipo de compañías, pero todavía no en la banca: al tiempo).
Sin embargo, Manuel Jove no ha dado la impresión de haberse prejubilado. Ya sea por presión fiscal o por ímpetu empresarial, el empresario gallego ha movido parte de su patrimonio.
En los últimos meses ha registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una sociedad de capital riesgo, Arnela Capital; participa ya en otra firma de inversión, Gala Capital, junto a Alicia Koplowitz y la familia Del Pino (desde la que se rumorea que podría abordar Iberia); ha creado Gaelsa Energías, junto a otros empresarios gallegos con un capital de 100 millones de euros; cuenta con la propiedad de terrenos en torno al Parque Warner, en Madrid, donde se ha apuntado su pretensión de crear un complejo hotelero; ha adquirido el 37,7% de la firma textil gallega Caramelo, junto a la Xunta de Galicia; y recientemente ha comprado, por 37 millones de euros, el 40% de Vetra, una sociedad presidida por Humberto Calderón, ex presidente de la OPEP, dedicada a la gestión de activos petroleros.
Según un colaborador del empresario gallego, el próximo mes de septiembre Jove presentará en sociedad el grupo Avante, que aglutinará todos sus negocios.
De momento, la compra de casi el 5% de BBVA anunciada ayer la realiza a través de la sociedad Iaga Gestión de Inversiones, en la cual mantenía Jove su participación en Fadesa (junto con las firmas Frieira Gestión e Inversiones Frieira). Según las últimas cuentas presentadas ante el Registro Mercantil (el pasado mes de mayo), Iaga cuenta con activos valorados en algo más de 1.000 millones de euros. La junta general de socios de Iaga cambió en septiembre de 2006 el objeto de la firma siendo los nuevos objetos, atención: la adquisición de títulos y acciones de participaciones 'en el capital de todo tipo de entidades' así como la importación, comercialización y alquiler de aviones (en el acuerdo de venta de Fadesa a Fernando Martín Jove retuvo un avión marca Embraer).
Manuel Jove salió del sector inmobiliario en el momento justo, poco antes de que se produjera el cambio de ciclo que aparentemente se está viviendo en la actualidad en España y de que las inmobiliarias cotizadas sufrieran más de lo esperado en Bolsa (con caídas generalizadas arrastradas por el efecto Astroc).
Ahora es fácil decirlo, pero cuando Jove vendió otros ilustres empresarios del sector, como Luis Portillo o Román Sanahuja, siguieron realizando operaciones inmobiliarias gigantescas (como la compra de Riofisa en el caso del empresario sevillano o la adquisición de la sede en Londres del banco HSBC, en el caso del empresario catalán). Ofertas para participar en otras aventuras inmobiliarias no le habrán faltado pero de momento las ha eludido.
¿Entra Manuel Jove en el momento justo en el sector bancario? El tiempo lo dirá, pero todo apunta a que así es dada la fuerza de atracción ejercida por la tendencia a la concentración que se está viviendo en estos momentos en el negocio bancario mundial, y en particular en el europeo (que se lo pregunten a Emilio Botín, presidente de Santander, embarcado en el intento de compra del holandés ABN Amro).
Si la operación sale bien, entonces a Jove le llamarán El Hábil en lugar de El generoso.