'El alto coste del despido aboca a muchas empresas al cierre'
El dirigente patronal de la generación más joven de empresarios está preocupado por la falta de flexibilidad del mercado laboral y reprocha a la clase política su visión cortoplacista de España.
Patricio Rodríguez-Carmona (Madrid, 1969) preside desde marzo la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (AJE), incluida en la patronal CEOE. Es licenciado en Derecho pero, sobre todo, es empresario. Artífice de la próspera empresa de corbatas The Tie Gallery, dice que le gustaría 'que a los empresarios españoles les brillaran los ojos como a los chinos cuando hacen negocios'.
¿Qué análisis hace de la situación económica?
Las perspectivas no son especialmente halagüeñas. Se está desacelerando el consumo y la construcción. Se espera una subida de tipos de medio punto hasta final de año y eso se trasladará a las hipotecas y el consumo se ralentizará bastante más. Nos está salvando la fortaleza del euro porque la mayoría de las exportaciones las hacemos dentro de Europa, si no, la caída habría sido mucho más fuerte.
¿Cree que la desaceleración puede ser mayor que la esperada?
Una cosa es la economía de las grandes empresas, con beneficios récord, y otra son las pymes y el consumo. La gente está excesivamente hipotecada, hay quien ha usado créditos para financiar vacaciones o ha financiado con su casa la compra de un coche. Eso es muy peligroso. El festival empieza a acabarse.
¿Ve al Gobierno demasiado eufórico con la economía?
Piensan que somos un país que va fantástico y el único desacuerdo es en el tema del terrorismo, pero creo que hay algunas cosas más, que nos afectan a los empresarios, que se deberían haber cambiado y que no se han hecho; y que como las cosas vengan mal no se van a hacer.
¿Cuáles son esas cosas?
Por ejemplo, haber hecho una verdadera reforma laboral. No es que se haya quedado corta, es que no ha habido. Se debería dotar a las empresas de instrumentos para que en casos de crisis tengan más flexibilidad para contratar y despedir. Yo cuando contrato a alguien para mi empresa lo hago fijo, pero lo malo es que si tengo que prescindir de ese trabajador, o reconvertir la empresa temporalmente no puedo hacerlo o a un precio prohibitivo. Y pienso que los sindicatos aunque no lo digan públicamente, también ven esa necesidad.
¿Comparte la queja de CEOE que cree más necesario eliminar la autorización administrativa de los despidos que abaratarlos?
No. El coste es fundamental. Si las cosas no van bien y la empresa debe prescindir de parte de su plantilla, el coste es absolutamente salvaje. De hecho hay muchas empresas que no pueden permitirse el lujo de hacer un ajuste de plantilla. El alto coste del despido aboca a estas empresas al cierre. No defiendo el modelo americano de despido libre, pero sí que cuanto más flexibles son las empresas para contratar y despedir, más flexible es la economía.
Pero lo más importante entre lo que no se ha hecho, es definir a qué queremos que juegue España en los próximos años a nivel económico en el mundo.
¿A qué se refiere?
Los políticos no se están dando cuenta de lo que están haciendo. Van a su aire. Tienen un planteamiento de país a corto plazo. Y no es una cuestión de partido, PSOE y PP son igualmente responsables. Y lo mismo ocurre con la educación, es absurdo cambiar la ley cada cuatro años. Se deberían sentar y fijar el modelo educativo para los próximos 20 años, porque están jugando con la educación de nuestros hijos. Hay cuestiones de Estado como el modelo productivo que queremos, el educativo y el territorial, que estos señores deberían sentarse a discutir dentro de una habitación y salir con algo básico. No es normal es lo que está pasando.
Otro problema derivado de éste es que la universidad está totalmente separada de la empresa. Nos quejamos de que no tenemos patentes pero luego no sentamos a las universidades y a los empresarios y les hacemos ponerse de acuerdo para trabajar en ser los mejores en el sector que se propongan. Además, cada comunidad hace lo que quiere, que es legítimo, pero hay un interés general en el que nadie piensa.
Esta falta de planificación ¿afecta a los jóvenes emprendedores?
No tanto, eso está cambiando. Los políticos se han dado cuenta de que los puestos de trabajo y la riqueza los creamos los empresarios. En los últimos diez años ha crecido la sensibilidad, sobre todo, en los gobiernos autonómicos y locales, que son los que tienen el dinero.
Además, lo que están haciendo muy bien las comunidades es dar incentivos a los emprendedores a través de ayudas y no vía subvención directa. Que me den 6.000 u 8.000 euros por contratar a alguien es una lotería, lo que hay que hacer es ayudar a que los jóvenes montemos empresas, por ejemplo a través de los planes de garantía recíproca. Esos son los que hay que fomentar.
¿Qué otras vías de financiación proponen los jóvenes empresarios?
Otra vía que aún no se ha conseguido pero estamos luchando y al final lo conseguiremos son las entidades de capital riesgo de las comunidades autónomas. Tal y como están planteadas ahora mismo, las sociedades públicas de este tipo están apoyando proyectos empresariales de diez o quince millones de euros, y por lo general esos proyectos ya han solicitado financiación en las sociedades de capital riesgo privadas y se les ha denegado porque las consideran inviables. Por eso no entiendo que hace una sociedad pública financiando dichos proyectos.
Lo que nosotros reivindicamos es que las sociedades públicas cubran las necesidades de financiación de hasta tres o cuatro millones, que las privadas ni siquiera se pararán a analizar. Se trata de facilitar que muchos empresarios pequeños pasen a ser medianos.
Consejos. 'Hay que asesorarse y tirarse a la piscina'
El presidente de los jóvenes empresarios hace algunas sugerencias para el Gobierno y para los nuevos emprendedores. ¿Qué sugerencias da al Gobierno en materia fiscal?Todos los beneficios de las pequeñas empresas que se reinviertan deberían estar exentos de tributación, porque la mayor parte reinvierten todo lo que ganan. También está el debate del impuesto de patrimonio, cuya normativa debería unificarse en todas las comunidades, para que termine desapareciendo en todas ellas. Todo lo que sean rebajas de impuestos para los empresarios será bueno. Sobre todo, habría que lograr un régimen fiscal más específico para las pequeñas empresas. Las grandes se pelean por su lado.¿Está de acuerdo con el nivel de las cotizaciones sociales?Debería haber más rebajas para la primera contratación en las microempresas. Las bonificaciones existentes están totalmente condicionadas. Sólo rebajan las cuotas si el contratado es mujer, mayor de 45 años etc. y eso es un error. Hay que generalizar esas ayudas.¿Desde esta perspectiva, que consejos daría a un joven que quiera montar una empresa?Que se asesore, que redacte un plan de negocio lo más realista posible -para eso en muchos casos necesita asesoramiento y eso es fundamental-; y que se tire a la piscina. Si no tiene grandes responsabilidades puede ser el momento de emprender una carrera profesional exactamente igual de válida que trabajar por cuenta ajena. A nivel personal, muchísimo más satisfactoria y económicamente, que también es importante, puede ser igual o mejor en muchos casos mejor que ser asalariado.¿Y, a la sociedad, qué le diría sobre la clase empresarial?Hay que quitarle a todo el mundo de la cabeza la falsa seguridad del trabajo asalariado. Un trabajo ya no es para toda la vida ni en Japón. Creo que eso, a medio plazo desaparecerá hasta en el sector público. Además, somos la generación mejor formada y más creativa, pero debemos erradicar el gen del miedo al riesgo y al fracaso.