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Energía

La SEPI entra en Enagás para convertirse en socio de referencia

El Gobierno ha autorizado a la SEPI a comprar hasta un 5% de Enagás para convertirse en su socio de referencia y 'garante de la seguridad del sistema'. El consejo del grupo público decidirá el viernes cómo ejecutará una compra que superará los 200 millones.

Tras varios meses estudiando el desembarco, el Consejo de Ministros autorizó el viernes la compra de un máximo del 5% de Enagás por parte de la SEPI. La entrada, que supone la vuelta del Estado al operador del sistema del gas, privatizado en 1994 con la venta de un 91% a Gas Natural, será aprobada por el consejo de la SEPI el próximo viernes.

En dicho consejo se determinará 'en qué forma y plazo' se ejecutará una compra, según fuentes cercanas al grupo público, que se realizará con toda probabilidad en Bolsa (Enagás tiene un capital flotante del 70%) y no comprando a otros socios. Un 5% de Enagás equivale a casi 12 millones de acciones que, al precio de cierre del jueves (17,61 euros), supondría un desembolso de 210 millones de euros por parte de la SEPI.

Con la cotización del viernes, que estuvo suspendida durante unas horas y subió un 2,61%, hasta 18,07 euros, la SEPI pagaría 215 millones. A principios de julio la BBK anunció la compra de otro 5% de Enagás por 221 millones, si bien, la caja vasca, por tener una participación relevante en una compañía de gas, Iberdrola, tiene limitados los derechos políticos en el operador del sistema al 1%.

La norma impide que ningún inversor tenga más del 5% de Enagás, y todos ellos carecen de derechos de voto por encima del 3%. En esta situación están Sagane, Cajastur y la CAM. Pero la limitación se estrecha para las comercializadoras de gas o sus accionistas relevantes, que no pueden tener más de un 3% ni derechos por más del 1%. Tal es el caso de Gas Natural, BBK y Bancaja.

Tras la opa de Eon sobre Endesa, en algunos sectores del Gobierno se desató un fuerte temor a que el operador del gas pudiera acabar en manos extranjeras, pues nada impide que las restricciones de la norma española puedan ser anuladas por la Comisión Europea.

Este miedo, unido a los argumentos de los partidarios de equiparar a Enagás con el operador eléctrico, REE, donde el Estado controla un 20% y no puede tener legalmente menos del 10%, llevaron al Gobierno a abrir las puertas a la nacionalización parcial del grupo que preside Antonio Llardén.

Y las abrió en la reforma de la ley de hidrocarburos que adaptó en mayo la directiva del gas a la normativa española, al mantener las limitaciones de capital y derechos políticos por encima del 5% para cualquier accionista 'excepto para el sector público'. En el informe de la CNE sobre dicha directiva, dos consejeros, Jaime González y Sebastiá Ruscalleda, emitieron un voto particular apoyando la entrada de la SEPI en Enagás y la fusión con REE.

Y es que la operación podría tener un mayor alcance si ganan los partidarios de la fusión de los operadores energéticos, entre los que se encuentra el presidente de REE, Luis Atienza. Sus argumentos: la creciente interrelación entre la electricidad y el gas y los mecanismos cada vez más complejos de la operación de los sistemas, como las subastas.

Por el momento, la SEPI podrá comprar en un plazo aún sin determinar un 5% de Enagás y convertirse en su socio de referencia. De esta manera se subsana 'una anomalía', según fuentes cercanas al Gobierno, y se garantizan 'la seguridad del suministro y la neutralidad del gestor' en la operación e inversiones del sistema.

No habrá más compras en esta legislatura

El Estado juega con desventaja a la hora de entrar en una sociedad cotizada, pues la compra debe ser aprobada y hecha pública de antemano por el Consejo de Ministros, con el consiguiente repunte de la cotización. En este caso, la SEPI, que no ha podido aparcar acciones como hacen las privadas, debe aplicarse en convencer al mercado que no va a comprar más del 5% (para lo que necesitaría una nueva autorización) y enfriar las expectativas para comprar a un buen precio.La SEPI, que soporta el coste del saneamiento de los astilleros de Navantia y de RTVE, podrá abordar la entrada en Enagás con las plusvalías generadas por la venta de su paquete del 2,9% de Endesa en la opa de Enel y Acciona, que superará los mil millones. Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que en esta legislatura no habrá nuevas compras, pero en el sector no se descarta que se produzcan tras las elecciones.Por el momento, el grupo público debe resolver cómo ejercer el poder en un consejo en el que todos los accionistas con más de un 3% del capital tienen un representante dominical cada uno. La entrada del consejero o consejeros de la SEPI podría producirse en la junta extraordinaria de Enagás prevista para el otoño, en la que también se nombrará a un miembro de la BBK. Sin embargo, a ésta se le ha prometido el único sillón libre que queda en un consejo con 16 puestos.En la junta de accionistas, el poder estará más equilibrado. Los seis accionistas representados en el consejo no suman juntos más de un 10% de los votos. Tras la compra de acciones, la SEPI tendrá ella sola un 5% de los votos en la junta de una empresa, hasta ahora 'propiedad de nadie', como se la ha llegado a definir.

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