La CE critica la brecha salarial entre hombres y mujeres
La brecha salarial entre trabajadores y trabajadoras en la UE sólo ha disminuido dos puntos porcentuales desde 1995 y sigue situada en torno al 15%. Bruselas advirtió ayer que esa diferencia se perpetúa, e incluso aumenta, durante toda la vida laboral de las mujeres y se traslada después a la jubilación. La CE propone cambios legales y políticos para atajar tan lamentable discriminación.
El artículo 119 del Tratado de Roma, que creó la Comunidad Europea en 1957, cumple ahora sus primeros 50 años como papel mojado. Ese artículo, que con las sucesivas reformas ha pasado a convertirse en el 141, fija el principio de que hombres y mujeres deben recibir el mismo salario cuando realicen el mismo trabajo. Y pide, como recordó ayer la Comisión Europea (CE), que 'cada Estado garantice que ese principio se respeta' y que se adopten medidas para favorecer que 'el sexo menos representado en el mercado laboral pueda proseguir una actividad vocacional'.
A pesar de esos loables objetivos, la discriminación salarial hacia las mujeres parece una de las pocas cosas inmutables desde aquel lejano 1957, según un informe presentado ayer por el comisario de Empleo, Vladimir Spidla. Y la CE advierte que la perenne brecha salarial amenaza ya con trasladarse a la jubilación, exponiendo a las mujeres, sobre todo en los países donde se incorporaron antes al mercado laboral, a un creciente riesgo de pobreza especialmente exacerbado para las familias monoparentales.
'Las chicas superan a los chicos en las escuela y cada vez entran más mujeres con título universitario en el mercado laboral, pero aún así la brecha salarial continúa siendo del 15%', lamentó el comisario Spidla durante la presentación de su informe. 'Es una situación absurda que hay que cambiar'.
Los datos de la CE muestran que durante el periodo analizado, de 1995 a 2005, la situación incluso ha empeorado en algunos países. En Alemania, por ejemplo, la brecha era del 21% hace doce años y del 22% hace dos. En España, la diferencia a favor de los hombres se mantiene invariable en el 13%.
Las cifras, sin embargo, pueden ser engañosas. Malta, por ejemplo, presenta la menor diferencia salarial de toda la UE (el 4%). Pero su aparente buen resultado parece deberse a que la ultraconservadora sociedad maltesa tiene también la tasa más baja de participación femenina en el mercado laboral, que no llega al 35% (más de 20 puntos menos que la media europea).
Soluciones
La CE ha convertido la erradicación de las diferencias salariales entre hombres y mujeres en una prioridad de su política laboral entre 2006 y 2010. Bruselas, sin embargo, dispone de escasos poderes en esa materia. Ayer invitó a los Estados a intercambiar las mejores prácticas, como la ampliación de número de guarderías o la concesión de permisos y bajas por paternidad. La CE también revisará las legislaciones nacionales para comprobar que no favorecen la discriminación
Spidla cree que la legislación comunitaria ha sido útil para eliminar la discriminación salarial directa entre hombres y mujeres. Pero reconoce que no ha permitido erradicar las discriminaciones más sutiles como la diferente valoración de dos puestos de trabajo similares en función del sexo de la persona que cubra cada uno.
'No hay que aceptar', resume Spidla, 'que una cajera de supermercado cobre menos que su compañero de mantenimiento sólo porque este puesto se desempeña tradicionalmente por varones'.
Cuanto más arriba, peor
-La veteranía y la formación juegan normalmente a favor del trabajador... salvo que sea mujer. Las estadísticas de la CE muestran que la situación salarial de las trabajadoras va deteriorándose en relación con la de los hombres a lo largo de su carrera profesional.-La diferencia salarial entre hombres y mujeres es del 7% entre trabajadores de menos de 30 años. Pero se dispara al 30% entre los 50 y 59 años de edad.-El mismo estigma aparece cuando se analiza el mercado en función del nivel educativo. La diferencia es del 30% a favor del hombre en puestos con titulación superior y del 13% en los de secundaria.-La fidelidad a una empresa tampoco parece ser recompensada en el caso de las trabajadoras. La brecha salarial es del 22% cuando las mujeres llevan sólo entre uno y cinco años en una compañía, pero se eleva 10 puntos cuando se superan los 30 años.-El motivo de estas diferencias parece encontrarse, según la Comisión Europea, en que la vida laboral de las trabajadoras se interrumpe más a menudo, es más corta y lenta y no llegan a los puestos de dirección.