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Comisión Europea

Reding y Kroes se enfrentan por el papel de los reguladores en Europa

La multa a Telefónica ha exacerbado un conflicto interno de la CE sobre los reguladores nacionales. Las diferencias entre las comisarias Kroes (Competencia) y Reding (Sociedad de la Información) son evidentes.

César Alierta cruzó la puerta del Berlaymont el pasado 12 de junio. La visita del presidente de Telefónica a la sede de la Comisión Europea se producía sólo unos días antes de que la titular de Competencia, Neelie Kroes, multara a la operadora española con 151,8 millones de euros por abuso de posición dominante.

Pero el ascensor de Alierta pasó de largo la décima planta donde se encuentra el despacho de Kroes y el ejecutivo español se bajó en la décimo segunda. Allí le esperaba la comisaria de Sociedad de la Información, Viviane Reding, con la que, según la versión oficial, departió 'sobre la necesidad de dotar al sector de las telecomunicaciones de una regulación más europea'.

Telefónica sabía ya en esos momentos que era prácticamente imposible evitar la sanción de Kroes, porque la comisaria holandesa había obtenido el respaldo de los expertos de los Estados miembros de la UE.

Pero la compañía seguía pugnando por reducir la cuantía de una sanción, según fuentes de fuera y dentro de la CE, que llegó a rozar potencialmente los 400 millones de euros. Y en el frenético regateo de las últimas horas, Reding era mucho receptiva que Kroes.

Duro debate

Las dos comisarias mantienen serias discrepancias sobre la regulación del sector de las telecomunicaciones. Y aunque fuentes próximas a Telefónica aseguran que no han explotado de manera consciente esas divergencias, en el interior de la CE se identifica a la comisaria luxemburguesa como una de las personas que ha contribuido a evitar que la sanción fuese mucho mayor.

'Reding no salió en defensa de Telefónica, sino del papel de los reguladores nacionales', justifican la intervención de la luxemburguesa las fuentes que han seguido muy de cerca la instrucción del expediente. 'Reding sabía que la decisión de Kroes era un torpedo en la línea de flotación de su plan para crear un regulador europeo a partir de los actuales órganos nacionales'.

La luxemburguesa aspira a presentar su plan el próximo mes de septiembre y confía en tener el apoyo de operadores paneuropeos como Telefónica. Por el contrario, Kroes considera que la regulación a priori de las telecomunicaciones está llamada a desaparecer y defiende la aplicación de las normas de competencia como en cualquier sector. 'El caso de Telefónica era muy importante en esta disputa por razones políticas', reconocen fuentes internas de la CE.

El departamento de Reding, aseguran las fuentes, porfió con el de Kroes para que al menos tomase en cuenta la infracción se había cometido en un mercado regulado. Ese atenuante le supuso a Telefónica una reducción del 10% en la multa.

Una vez puesta la multa, Kroes intentó tender puentes hacia el regulador español, elogiando en rueda de prensa la actuación de la CMT.

Pero ésta ignoró los halagos y ha pedido al Gobierno que la defienda ante el Tribunal de la UE contra 'una decisión que afecta seria y profundamente a sus funciones de regulación, en particular, y las de las Agencias nacionales de regulación, en general'.

17 minutos de deliberación para imponer la mayor sanción del sector

El montante final de la sanción contra Telefónica se decidió en 17 minutos. Y fue durante una reunión de los jefes de Gabinete de los 27 comisarios, previa al pleno de la Comisión Europea del 4 de julio.La cita se retrasó hasta la misma mañana de ese miércoles para evitar que se produjeran filtraciones previas a la decisión final. 'Los jefes de Gabinete', explican fuentes próximas al expediente, 'se reunieron a las ocho de la mañana y a las 8:17, más o menos, se supo que la multa era de 151,8 millones de euros'.Terminaban así cuatro meses largos de presiones, en los que, según fuentes de la CE, no han faltado las de rivales europeos de Telefónica pidiendo un castigo ejemplar. Fuentes neutrales, sin embargo, atribuyen la dureza de la multa al hecho de que la CE se sentía reforzada tras la confirmación en el Tribunal de la UE de la multa de 10 millones de euros contra Wanadoo. Otras fuentes aseguran que el propio gabinete de Kroes contuvo finalmente a los más intransigentes por miedo a que el escarmiento se convirtiese en escándalo. Aún así, parece que no lo han evitado.

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