Los resultados, al rescate de la Bolsa

Las Bolsas llevan varios meses instaladas en la volatilidad y los movimientos se producen casi a golpe de impulsos, con poca convicción, en medio de un mar de dudas sobre la depreciación del dólar, el impacto de la escalada de los precios del petróleo, los tipos de interés o la crisis del sector inmobiliario en Estados Unidos. Los mercados se mueven, por tanto, al son de demasiadas referencias macroeconómicas y los inversores están ansiosos por conocer las cuentas de resultados de las compañías que son las que, en definitiva, han de justificar las valoraciones.

En el Ibex, la temporada de resultados ha empezado con muy buen pie, tras el pistoletazo de salida de Banesto. Aunque el sentimiento del mercado ha dejado atrás las euforias de los últimos años, los analistas no pierden el optimismo y han vuelto a mejorar sus expectativas. Así, según el consenso, las compañías que cotizan en el Ibex obtendrán en 2007 un beneficio neto de 42.077 millones de euros, 2.410 millones más de lo que preveían a principios de año, con lo que la media de las estimaciones sube un 6% desde las efectuadas en enero. Una noticia alentadora que da soporte a las cotizaciones.

El recorrido en el avance de los resultados, no obstante, disminuye y parece difícil que se repitan los extraordinarios crecimientos de los últimos años. Pero no deja de sorprender un aumento del resultado de explotación previsto todavía del 20% (sin incluir a la banca). En una situación tan volátil como la actual, en la que tanto las buenas como las malas noticias se magnifican en Bolsa, la fortaleza que aún muestran las empresas es el mejor asidero para los inversores, hartos de recibir mensajes decepcionantes. Pero macro y micro, a la postre, van de la mano y de nuevo la recomendación sigue siendo ser selectivos. Se impone más que nunca mirar con lupa la cuenta de las empresas y analizar hasta cuándo durará el ímpetu en cada caso. La temporada de resultados recién inaugurada será un buen termómetro.