Multa a la CE por frenar la fusión de una empresa
En una sentencia sin precedentes, el Tribunal de la UE reconoció ayer el derecho de una empresa a ser indemnizada por un error de Bruselas en la aplicación de las normas de competencia. El fallo abre el camino a otras reclamaciones.
Por primera vez en la historia de la política comunitaria de competencia, los errores de los funcionarios de la Comisión Europea van a tener un precio. Y un precio, previsiblemente, multimillonario.
El precedente lo ha conseguido sentar la empresa francesa de componentes eléctricos Schneider, que en 2001 vio frustrada la fusión con su rival Legrand por el veto equivocado del entonces comisario europeo de Competencia, Mario Monti.
El Tribunal de primera instancia de la UE condenó ayer al organismo comunitario a indemnizar parcialmente a la compañía por los daños y perjuicios que causó aquella decisión.
Los jueces no fijan la cuantía de la indemnización, que deberá ser, por una parte, negociada entre la CE y la empresa, y por otra, valorada por vía pericial.
La cifra final, probablemente, se quede lejos de los 1.600 millones de euros que reclamaba Schneider, porque los jueces comunitarios han rechazado una gran parte de las quejas de la compañía. Pero, en cualquier caso, el fallo abre por primera vez el camino para que otras empresas busquen resarcirse de las decisiones erróneas de la Comisión y de las instituciones comunitarias en general.
La sentencia reconoce, en concreto, el derecho de Schneider a ser compensada al 100% por los gastos que realizó en la operación después de que el mismo Tribunal anulase el veto de la CE. Y en segundo lugar, la CE deberá abonar el 66% de las pérdidas que sufrió la compañía por verse obligada a vender Legrand de manera apresurada y a la baja
El desembolso correrá a cargo del presupuesto comunitario, lo que colocará a la CE en la incómoda situación de pedir los fondos a las dos autoridades presupuestarias, el Parlamento europeo y el Consejo de ministros de la UE.
En una petición de comprensión por adelantado, el departamento comunitario de Competencia, que ahora dirige la comisaria Neelie Kroes, recordó que desde de principios de año ha impuesto multas por un valor cercano a los 4.000 millones de euros. Y esas multas, si son confirmadas por el Tribunal, irán a parar directamente al presupuesto comunitario reduciendo proporcionalmente la contribución de cada Estado miembro.
La CE, además, estudia seriamente la posibilidad de presentar un recurso de casación, para intentar evitar que se siente un precedente peligrosísimo para el organismo comunitario. 'Si esto llega a confirmarse, se abre la puerta para pedir indemnizaciones cada vez que se equivoca una administración pública', alertan fuentes comunitarias.
La sentencia, de hecho, cayó como un mazazo en una Comisión que había previsto ganar el caso con enorme facilidad. Hasta ahora, se presumía que el Tribunal nunca reconocería la obligación de abonar daños y perjuicios salvo que se demostrase una voluntad manifiesta de dañar a una empresa durante la instrucción de un caso.
Pero para sorpresa de la CE, los jueces han hecho esta vez una interpretación extremadamente estricta del derecho a la defensa de la compañía y del respeto a los plazos administrativos durante el proceso de revisión de la fusión.
El departamento de Kroes intentaba consolarse en público con el hecho de que los jueces hayan rechazado la mayor parte de las quejas de Schneider, que acusaba a la CE de 'falta de lealtad', 'imparcialidad', y 'mala fe'. Pero en los pasillos cundía la desolación al ver que la sentencia ignora el principio consagrado de que 'errare humanum est'.
Las empresas tienen cinco años para reclamar si se sienten perjudicadas
La condena a pagar daños y perjuicios por una decisión equivocada expone a Bruselas a la posibilidad de reclamaciones sobre decisiones dictadas durante los últimos cinco años, plazo reconocido en el Tratado de la UE. La dirección general de Competencia, dirigida por la comisaria Neelie Kroes, intentaba ayer minimizar el riesgo de que esto provoque una hemorragia presupuestaria recordando que sólo ha prohibido 20 fusiones en toda su historia y que el Tribunal sólo ha anulado tres vetos.Pero la sentencia de ayer, según algunos expertos jurídicos, sienta un 'peligroso precedente' no sólo para las decisiones sobre concentraciones sino para todas las intervenciones de Competencia.Las mismas fuentes prevén que el fallo circule rápidamente por los despachos de abogados, que buscarán los resquicios por donde colar las posibles demandas de sus clientes.El caso de Schneider ha demostrado que la combinación de un peso pesado en la defensa, como es el abogado Antoine Winckler, con la creciente dureza del Tribunal con la CE, puede resultar letal para el prestigio y el presupuesto de Competencia.Curiosamente, la comisaria Kroes alienta desde que llegó al cargo la petición de daños y perjuicios ante los tribunales nacionales contra las compañías condenadas en Bruselas por pactar precios o repartirse el mercado. Ahora puede encontrarse con una oleada como la que quiere provocar.En el Tribunal ya espera sentencia la petición del operador turístico MyTravel (antes Airtours) por la prohibición equivocada de su fusión con FirstChoice. Otras compañías, como TetraLaval o Sidel, que tampoco pudieron unirse por culpa de la CE, quizá también hayan empezado a sacar cuentas.