Rajoy recupera la rebaja fiscal propuesta en 2004 como arma electoral
El líder del PP, Mariano Rajoy, esbozó ayer los perfiles de la reforma fiscal que incorporará a su programa electoral, similares a los que propuso en 2004 cuando se creía a punto de ganar las elecciones. Ante la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), propuso dejar el tipo general del impuesto de sociedades en el 25%, y en el 20% para las pequeñas y medianas empresas (pymes). El mínimo del IRPF quedaría en el 12% y el máximo, por debajo del 40%.
El desprecio con el que despachó las reformas económicas en el reciente debate del estado de la nación hizo concebir esperanzas de que aprovecharía el foro que ayer le brindó a Mariano Rajoy la APD para profundizar en la oferta electoral con la que concurrirá a las próximas elecciones generales. Sin embargo, lo único preciso que el líder del PP adelantó sobre la misma se centró en la reforma fiscal, casi idéntica a la que formuló hace poco más de tres años cuando se creía a punto de relevar a José María Aznar en la Presidencia del Gobierno.
Rajoy propuso ayer dejar el tipo general del impuesto sobre sociedades en el 25%, frente al 30% en el que quedará el año que viene, y el que opera para las pequeñas y medianas empresas en el 20%, frente al 25% actual. Establecería también la libertad de amortización de activos productivos por dos años, actualizaría las tablas de amortización y respetaría las desgravaciones fiscales orientadas a la innovación tecnológica y la reinversión de beneficios.
Además de Sociedades, Rajoy daría otra vuelta de tuerca a la reforma del impuesto sobre la renta de forma que dejaría el tipo mínimo en el 12%, frente al 24% actual, y el máximo por debajo del 40%, frente al 43% que rige desde la reforma que entró en vigor el pasado enero. Estas medidas las inscribió el líder del PP en la necesidad de fomentar el ahorro y el apoyo a la familia, de forma que las rentas dedicadas al cuidado de los hijos y ascendientes paguen menos impuestos que las destinadas a otros fines.
De forma paralela a estas iniciativas, Rajoy propuso una reforma en profundidad de otros tributos que, en su opinión, constriñen el desarrollo de la actividad económica. De esta forma, suprimiría el Impuesto de Patrimonio, por el que Hacienda prevé ingresar este año poco más de 13 millones de euros frente a los 11,5 de 2006, eliminaría el impuesto sobre operaciones societarias, reduciría o eliminaría el impuesto sobre actos jurídicos documentados y retocaría, se desconoce hasta donde, el impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Economía con el reloj parado
Ni los periodistas asistentes al encuentro tuvieron oportunidad de preguntar a Rajoy más detalles sobre estas reformas ni los directivos y empresarios presentes se interesaron por ellas, a tenor del grosor de las preguntas que elevaron al invitado. A la cita de la APD asistieron, entre otros, el presidente de ACS, Florentino Pérez, el presidente de Sacyr, Luis del Rivero y el responsable de Unión Fenosa, Pedro López Jiménez.
El líder de la oposición acusó al vicepresidente económico, Pedro Solbes, de haber 'parado el reloj' de las reformas económicas y de desaprovechar la ocasión para cambiar a fondo el patrón de crecimiento heredado de los ocho años de gobierno de José María Aznar. 'Nuestra última oleada de crecimiento se apoya, sobre todo, en dos pilares que concentran la inmensa mayor parte de la creación de empleo: los servicios y la construcción. Como consecuencia de ello', añadió, 'aunque hemos crecido mucho, no lo hemos hecho del todo bien, ya que hemos creado mucho empleo en sectores de baja capacitación y ello ha arrastrado a la baja la productividad aparente del sistema', sostuvo.
Rajoy menospreció el papel de la inmigración en el crecimiento. 'No nos hagamos trampas en el solitario, al final el crecimiento que importa es el que se traduce en bienestar y, por lo tanto, convendría que habláramos más en términos de crecimiento per cápita que de crecimiento absoluto', defendió.
El riesgo de las hipotecas
El coste de los créditos hipotecarios, que no tienen reflejo en Índice de Precios oficial, pero sí en el familiar, mantuvo Rajoy, es uno de los principales peligros que pueden afectar 'duramente' al consumo en los próximos años. Esta es, a su juicio, una de las circunstancias que explica que, a pesar de que los cuadros macroeconómicos sean favorables, la mayoría de los españoles considere que la situación 'no es buena' y, sobre todo, 'que irá a peor', como reflejan los últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).