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Construcción

Saft afianza con los camiones híbridos para FCC su carrera hacia la automoción

Saft quiere liderar el mercado de las baterías para vehículos híbridos y eléctricos de Occidente, plantándole cara a los difíciles rivales nipones. De momento, apuntala el camino suministrando a FCC 14 camiones con los que garantizará la recogida de basuras de Madrid.

A partir de septiembre, los madrileños tendrán que tener un cuidado especial al cruzar la calle de noche. No bastará con esperar al ruido del motor de un coche para apartarse porque, por ciertas calles de la capital, rodarán camiones de recogida de basura que no harán más ruido que el roce de las ruedas con el asfalto.

Los silenciosos serán los 14 vehículos híbridos, que pertenecen a la nueva flota de recogida de basuras de FCC. La constructora invirtió cuatro años en encontrar un prototipo especial que le permitiera cumplir con los criterios del concurso: reducir los niveles de ruido y contaminación. Era un pastel jugoso. Esta concesión aportará a FCC una facturación de 470 millones en los próximos nueve años. La clave del éxito vino de la mano de Saft. La fabricante le proporcionó el equipamiento híbrido, parte diésel y parte eléctrico, que permitió a FCC desmarcarse de sus rivales.

Joaquín Chacón, director gerente de la filial española de Saft, sabe las mejoras que aportan sus camiones. No en vano, ha pasado varios meses realizando el servicio de recogida de basuras por el centro de Madrid con los nuevos vehículos durante la fase de prueba. 'Están especialmente pensados para las calles de Lavapiés o Chueca. Son estrechos y con mucha capacidad de carga', afirma. Chacón cuenta anécdotas de porteros de discoteca que se acercaban a ver los camiones 'porque no los oían llegar' o de un anciano que se sobresaltó en Ventas al ver un camión de basuras aparcado de repente detrás de él. 'El conductor llevaba cinco minutos siguiéndole', detalla el directivo.

No es sólo el silencio la principal ventaja. Los vehículos no emiten prácticamente gases, tienen una conducción más suave y los motores de diésel alcanzan una eficiencia energética, al combinarlos con el eléctrico, del 90%. 'No se les puede poner ni la pega de que se gasta la batería. Se recargan cuando funciona el otro motor y con un cargador externo al descargar la basura', explica.

A Saft, este contrato le supone una facturación de 1,5 millones de euros 'pero puedo asegurar que todo ese dinero se ha invertido en producir la batería', asegura Chacón. Es un producto muy específico, que ha requerido mucha I+D, porque necesita durar 10 años.

Aunque a primera vista pueda parecer poco rentable, esta iniciativa supone una buena tarjeta de visita en España de una estrategia que Saft plantea a escala global. La empresa creó con la empresa Jonhson Control una nueva compañía, llamada JCS, con el objetivo de posicionarse en el mercado de baterías para vehículos híbridos y eléctricos y convertirse en el 'líder occidental' en el suministro de este producto para el sector automovilístico. En dos años, ya ha firmado un acuerdo con 'el mayor fabricante automovilístico', dicen desde la empresa. No pueden decir quién es, pero fomentará la construcción de una nueva planta de fabricación para baterías de este tipo en Nersac (Francia).

Mucho más conocida es General Motors, para la que desarrollan baterías para una futura versión de su modelo Saturn Vue SUV. 'Esperamos tener listo el prototipo de baterías a mediados de 2009 para que los coches de GM con batería JCS salgan a la venta en 2010', asegura el responsable de Saft Baterías.

El directivo afirma que, pese a que la competencia de los fabricantes nipones, que lideran el mercado con coches como el Toyota Prius, 'es un sector muy nuevo y partimos muy bien posicionados en Europa y EE UU', asegura el directivo. La empresa no se arredra ante el rival oriental. De hecho, tienen un cliente muy fuerte de su segmento de baterías que les ha motivado a abrir una nueva planta en China de pilas y a conocer el mercado.

'Estos coches van a obligar a que tengamos que pitar a los peatones para que se aparten', dice riendo Chacón.

La filial española crece un 16% en 2006

Chacón mima su filial y sueña con ampliarla más allá de los 15 empleados que, de momento, trabajan en ella. Tiene razones. La división otorga a la multinacional 'uno de los mejores comportamientos financieros de entre sus filiales', con un crecimiento de un 16% en el último año. Facturó 20,1 millones de euros en 2006. La española Saft Baterías es la filial que atiende a los mercados de España, Portugal y América Latina y además, gestiona la marca Emisa, que era propiedad de Tudor, en Oriente Medio.La división ganó recientemente un contrato con Telefónica para implementar sus baterías en los puntos de servicio de banda ancha. Además, suministra baterías a los trenes Civia de Renfe Cercanías.

Las cifras

La multinacional cuenta con 3.900 empleados distribuidos en 18 países del mundo. Fabrica pilas y baterías con distintas tecnologías para usos industriales, de transporte, iluminación de emergencia, aplicaciones militares o espaciales. Durante el 2006, ingresó 560,2 millones y prevé una facturación para 2007 de entre 580 y 600 millones, con beneficios de más de 34 millones.

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