El salto de los fondos
El desarrollo de los instrumentos de inversión colectiva, fundamentalmente fondos de inversión, es uno de los mejores indicadores de la modernización de la economía y de la madurez del inversor español. Pese a la obsesión por el ladrillo de los últimos años, el impulso a esta industria desde la fiscalidad, la competencia internacional gracias el desembarco de fondos extranjeros, la creación de nuevos instrumentos y los cambios normativos tendentes a proteger al inversor han favorecido su desarrollo. En menos de dos décadas ha multiplicado por 36 veces el patrimonio gestionado, canaliza el 20% del ahorro de las familias y se encuentra ya entre las seis primeras de Europa, por no hablar del prestigio internacional de los gestores españoles. Sólo falta que los españoles pierdan su perfil excesivamente conservador y se atrevan a ser más inversores que meros ahorradores para aprovechar al máximo las oportunidades que se le ofrecen.