El valor económico del sector editorial
Esta semana se celebra la II Acta Internacional de la Lengua Española, en Bogotá (Colombia). Allí se analizará la importancia económica del libro y los desafíos de la industria editorial. El autor da claves de un sector en crecimiento que supone ya el 1% del PIB español.
Tribunas relevantes señalan y destacan el idioma español como gran activo económico. Un idioma que circula y se expande internacionalmente sobre varios soportes. Uno de los soportes más relevantes es el libro en sus diversos formatos, casi siempre generados en los entornos de la industria editorial.
La recientemente aprobada Ley de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas, reconoce a este soporte no sólo por su valor cultural, que inevitablemente posee, sino como producto manufacturado; del mismo refieren las conclusiones del I Acta Internacional de la Lengua Española, celebrada en San Millán de la Cogolla en el otoño de 2006. Esta Acta es una iniciativa promovida desde el Ministerio de Cultura a través de la Biblioteca de Literatura Universal (BLU) y apoyada por la Fundación de CajaSol y continúa a partir mañana, 26 de junio, en Bogotá, Capital Mundial del Libro 2007, donde se celebrará la II Acta, dentro de un ciclo de cinco más.
La II Acta versará sobre el valor económico del sector editorial en español dentro del espacio Iberoamericano. A este encuentro acudirán representaciones editoriales señeras de ambas orillas del Atlántico para reflexionar sobre el espacio iberoamericano del libro. Un lugar compuesto por una veintena de países que practican la misma lengua (450 millones de hablantes) y donde, en el caso de América, se hallan instaladas cerca de 200 empresas españolas editoras de libros. Este sector productivo español se sitúa el cuarto del mundo por su volumen, el 3,3% del comercio mundial, e inicia su andadura a inicios del siglo XXI con voluntad transnacional y como entidad económica multinacional.
La industria editorial se sitúa en el décimo lugar en la escala de la exportación nacional y crece en casi todos los órdenes
Concretando, en España, y sin olvidar la perspectiva internacional referida, podemos, de entrada, defender la buena salud y madurez de este sector productivo que con frecuencia se manifiesta como un ecosistema cultural-económico compuesto, en su mayor parte, por pequeñas y medianas empresas. Para ello recurramos a los últimos datos referidos a resultados 2006 y que a continuación se exponen.
En 2006 un millar empresas editoriales pusieron en circulación 77.330 ISBN inscritos durante el año con una tirada media por título de 4.905 ejemplares, cuyo precio medio osciló entorno a los 13,2 euros/ejemplar; es decir, se ha situado en el mercado mundial a un producto (el libro) que alcanza el valor económico de cerca de 5.000 millones de euros. Un producto cuya facturación ha crecido un 12,7% en los últimos cinco años. Y que se exporta en una cuarta parte, situándolo en el 1% del total de la exportación española. Por materias, la mayor demanda la requieren la literatura (el 21,1% de los ingresos del sector) y los libros de bolsillo (un 14% de los libros vendidos). Este último subsector registró un incremento del 25% de la facturación a pesar de que el libro de bolsillo alcanza un precio medio de 6,27 euros/ejemplar.
Aún no disponemos de datos referidos al comercio exterior del libro para 2006; no obstante debemos recordar que en el 2005 la facturación alcanzó casi los 500 millones de euros el valor de venta de libros sin agregar la cuantía que supone la exportación de servicios, lo que supone otra cantidad similar en un sector que ya se brinda internacional. A pesar de esta carencia de datos, sí contamos con cifras del comercio interior: 3.014 millones de euros y 228 millones de ejemplares vendidos. Este dato fija un aumento del 2,8% respecto a 2005, según el Estudio Comercio Interior del Libro en España 2006 presentado recientemente por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).
Con paso sostenido y tendente, año a año, al crecer en casi todos los órdenes, el sector editorial español se sitúa en el décimo lugar en la escala de la exportación nacional y con una balanza positiva. Para ello el millar de empresas editoriales, las 240 distribuidoras y las cerca de 4.000 librerías y más de 30.000 puntos de venta de libros, reciben las obras de nuestros creadores, (autores, traductores e ilustradores) que editan, traducen, distribuyen y venden a millones de lectores de todo el mundo al compás de una lengua, el español, que dentro del conjunto de las cooficiales del Estado Español se manifiesta con mayor fortaleza.
Este conjunto de actores dan empleo, directo e indirecto, a cerca de 100.000 personas, si bien Cataluña y Madrid concentra la mayoría del negocio, el 93,8%, y las grandes editoriales, el 63% de la facturación.
Sin abundar en más datos podemos concluir que el sector editorial español es la industria cultural más importante de España. A él debemos agregar las revistas culturales y los nuevos soportes distintos al papel (CD-Rom, DVD, online) que crecen decididamente. Así, pues, este sector, que abarca el 1% del PIB, manifiesta fortaleza y afán de expansión. Es un sector tan significativo para nuestra economía que requerirá una profunda y actualizada normalización; de ahí que el Gobierno, a través del Ministerio de Cultura, haya impulsado la citada Ley de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas. Una ley que bien pudiéramos calificar, con los términos que ha reiterado la señora ministra de Cultura, como necesaria y consensuada, actual y atrevida, pues apuesta decididamente por el paradigma que recepciona a otros: la lectura. Sabemos que España es una potencia mundial productora de libros, pero será necesario que lo sea de lectores. Ese es, a fin de cuentas, el gran reto.
Rogelio Blanco Martínez. Director general del Libro, Archivos y Bibliotecas