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CincoSentidos

Una historia desconocida de espionaje

Un escritor tiene que inventar muchas vidas, un espía también. La pérdida de identidad actúa como un hilo conductor en toda la obra de William Boyd (Accra, Ghana, 1952), uno de los autores más reconocidos de la nueva narrativa británica. Y nadie mejor que un espía para explorar los problemas de identidad. En Sin respiro (Alfaguara), Boyd indaga en la historia oculta del espionaje británico en Estados Unidos en el periodo 1940-41 y, al tiempo, desmitifica tópicos sobre las relaciones entre ambos países, 'más tensas y difíciles de lo que nadie hubiera imaginado'.

¿Qué se necesita para ser un espía? ¿Cómo cambia su vida? ¿Qué precio se paga? ¿Se puede abandonar ese mundo? Preguntas que originan respuestas y nuevas preguntas sobre las que Boyd ha construido una novela que combina el ritmo del género policiaco con la sofisticación de la ficción literaria. Escritura de calidad y narrativa poderosa es una fórmula para atraer lectores, reconoce el multipremiado autor -Whitebread, Somerset Maugham o Costa Novel Award (por Sin respiro)-, que adora la libertad que proporciona la novela. 'Es la forma artística más generosa'.

En Sin respiro transcurren dos ficciones paralelas: la de Eva Delectorskaya, reclutada en 1939 por los Servicios Secretos Británicos, y la de su hija Ruth, madre soltera y profesora de inglés en Oxford, que en 1976 descubrirá la vida secreta de Eva.

El escritor introduce a una mujer joven y atractiva en el masculino mundo del espionaje 'para refrescar la tradición', afirma. Para conseguir que sus personajes femeninos sean creíbles, deja a un lado los conocimientos recibidos que marcan las diferencias entre hombres y mujeres y se centra en la personalidad y naturaleza del personaje.

La pequeña organización de espías para la que trabaja Eva se dedica a dejar caer mentiras y ver qué efectos causan: buques americanos hundidos por los alemanes con víctimas, planos nazis para una redistribución de Sudamérica. Todo con el objetivo de vencer la resistencia estadounidense a participar en la contienda. 'Hoy somos menos crédulos, es más fácil verificar la información, aunque todavía los pueblos siguen queriendo creer a sus Gobiernos, incluso cuando les están mintiendo', aprecia.

El espionaje ha vivido otras épocas doradas, la Guerra Fría, declara Boyd, pero su interés se centra en la Segunda Guerra Mundial porque para él, fue el evento clave del siglo XX. 'El mundo cambió drástica y dramáticamente'. Su próximo libro será una novela coral en el Londres de hoy que no se aparta de su principal inquietud literaria: la pérdida de identidad.

Vida y obra

William Boyd pasó su infancia en Nigeria, donde trabajaban sus padres, y allí vivió la guerra independentista de Biafra. Estudió en Glasgow y en Oxford. Con su primera novela, Un buen hombre en África (1981), publicada mientras era profesor de St Hilda's College, en Oxford, ganó el Premio Whitebread a la mejor primera novela y se convirtió en uno de los 20 mejores jóvenes novelistas británicos, en una selección de la revista Granta y el Book Marketing Council. Es, además, guionista y ha dirigido el corto The Trench (Las Trincheras).Estudiante y profesor de literatura inglesa, se queda con los escritores que lee una y otra vez: Graham Greene, John Updike, Charles Dickens y los rusos Nabokov y Chéjov. Todas sus novelas están dedicadas a su mujer Susan, con la que vive en Londres.

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