El cambio climático siembra la discordia en la reunión del G-8
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dinamitó ayer el comienzo de la reunión del G-8 en Alemania, al negarse a firmar acuerdos concretos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero si no lo hacían India y China, dos países que emiten el 25% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo.
La canciller alemana, Angela Merkel, había preparado concienzudamente la reunión del G-8 con un objetivo: sacar de ella un texto consensuado en el que las ocho naciones más industrializadas del mundo (Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) se comprometerían a reducir un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050. El objetivo era, según sus cálculos, evitar que la temperatura del globo se elevará dos grados por encima de lo previsto en esa fecha, algo considerado peligroso por las autoridades comunitarias.
Sin embargo, Merkel no contaba con que Estados Unidos, el mayor emisor de gases de efecto invernadero, acudiera a la reunión con su propio plan debajo del brazo. El proyecto de Bush empieza en 2012, cuando el protocolo de Kioto (que compromete a los países firmantes a reducir en un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2012 respecto a las de 1990) haya expirado, y pasa por no establecer límites de emisión hasta que no se cree un nuevo consejo en el que figuren los quince mayores emisores del mundo (entre ellos China e India) para fijar objetivos a largo plazo.
El portavoz de Medio Ambiente de la Casa Blanca, James Connaughton, mostró su oposición a firmar cualquier acuerdo que incluya objetivos de reducción de emisiones mientras que algunas economía en vías de desarrollo, como China o India, no firmen también este documento.
La petición de EE UU de incluir a China e India se basa en la desventaja que supondría no fijar límites de emisiones a los dos gigantes asiáticos, segundo y quinto mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, cuyas economías son las que más crecieron en el último año (un 10,7% y un 9,4%).
La propuesta de Estados Unidos fue acogida con satisfacción por las organizaciones ecologistas, que no esperaban este gesto por parte del presidente Bush (se ha mostrado siempre contrario a firmar el protocolo de Kioto).
Sin embargo contó con el rechazo de algunos firmantes del protocolo, como Reino Unido y Alemania, las dos naciones del G-8 que más han reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero (15% y 19%, respectivamente), y de los gobiernos chino e indio, que advirtieron que limitar las emisiones podría frenar el crecimiento de ambas economías.
Intentos de Bush de rebajar tensiones con Rusia
Tras encontrarse con la canciller alemana, el presidente de EE UU, George W. Bush, se mostró dispuesto a rebajar la tensión con el presidente ruso, Vladimir Putin, tras el anuncio del gobierno estadounidense de instalar un escudo antimisiles en Europa. Esta decisión, que fue considerada por Vladimir Putin como un desafío para su país, despertó las iras del mandatario ruso, que amenazó con un nuevo proceso de rearme militar por parte de Rusia. 'Mi intención no es atacar a Rusia ni quiero que Rusia ataque a Europa y así se lo haré ver en nuestra reunión', dijo Bush.Ambos mandatarios mantendrán una reunión hoy por la mañana, en la que tratarán de clarificar sus posturas respecto a sus políticas militares. 'Ni Rusia ni el sistema antimisiles que queremos construir son una amenaza para Rusia', dijo Bush, quien afirmó que ya está negociando con los gobiernos de la República Checa y Polonia los términos de colaboración para el futuro sistema defensivo.El presidente estadounidense señaló que este sistema servirá para protegerse de los regímenes rojos, en clara referencia a Irán y Corea del Norte.La escalada retórica entre Putin y Bush puso sobre aviso a otros mandatorios del G-8, como el primer ministro británico Tony Blair, quién advirtió de la necesidad de que Rusia asegure a los países de la ampliación que no van a sufrir los efectos de una nueva guerra fría.