Las sociedades no cotizadas ya pueden autoevaluar su buen gobierno
El Instituto de Consejeros-Administradores acaba de lanzar un cuestionario para que las sociedades no cotizadas puedan autoevaluar el nivel de buen gobierno corporativo que tienen implantado.
Son muchas las sociedades españolas no cotizadas que han decidido aplicarse algunos de los criterios recogidos en los códigos de buen gobierno. No tienen ninguna obligación de hacerlo, pero han decidido hacer caso a los expertos en gestión de empresas, que afirman que la adopción de determinados parámetros de gobierno corporativo es beneficioso para la buena marcha de las entidades. Y no sólo para las cotizadas.
Muchas de las recetas del buen gobierno pueden aplicarse tanto en las sociedades cotizadas, como en las que no lo hacen, sean del tamaño que sean. Por eso, y a falta de un código específico, el Instituto de Consejeros-Administradores publicó a principios del pasado año una guía con principios de gobierno corporativo para no cotizadas. Uno de los principales objetivos de ese trabajo es el de ofrecer una serie de pautas para que los empresarios que deseen poner en marcha un consejo de administración lo hagan teniendo en cuenta una serie de principios. æpermil;stos recogen el estado de las mejores prácticas internacionales en materia de gobierno corporativo, pero adaptado a las especiales características de las empresas no cotizadas.
El Instituto de Consejeros, afirma que el espíritu de las recomendaciones de buen gobierno 'y en muchos casos, la literalidad de las mismas, son también válidas para empresas no cotizadas y de menor tamaño'.
Después de la adopción de los criterios de buen gobierno se trata de dar un paso más y analizar cómo funcionan en la práctica y comprobar su grado de implantación.
De hecho, una de las recomendaciones de buen gobierno para no cotizadas es, precisamente evaluar una vez al año el grado de seguimiento y desarrollo de los principios de gobierno corporativos que se han puesto en marcha. El Instituto de Consejeros ha editado un cuestionario para facilitar esa evaluación. Está dividido en dos grandes grupos: uno para empresas generales, y otro específico para sociedades familiares. En ambos casos se trata de preguntas concretas a las que se responde con un sencillo 'se sigue, no se sigue o se sigue parcialmente'.
El Instituto de Consejeros explica que con el documento 'no sólo se pretende valorar de manera ágil la situación de la empresa, cada pregunta lleva a una reflexión y aporta ideas y conceptos a considerar para potenciar el buen gobierno en su actividad empresarial'.
Una de las recomendaciones de esta asociación de consejeros es la de que las sociedades no cotizadas elaboren, igual que obligatoriamente lo hacen las cotizadas, un informe anual de buen gobierno, y además deberían 'considerar la conveniencia de informar de este hecho en su memoria anual o hacerlo público de otra forma, pues aumentará su valor, interés de los inversores y respeto por parte de la sociedad'.