No sin mi 'bonus'
Los profesionales financieros esperan a cobrar sus incentivos en el primer trimestre antes de cambiar de trabajo
No sin mi bonus. Cambiar de trabajo antes de cobrar la retribución más esperada del año es algo que todo ejecutivo evita. Y si no, que se lo pregunten a Paul Wolfowitz. El actual presidente del Banco Mundial -cargo que ocupará hasta el 30 de junio-, perseguido por un escándalo de corrupción por conseguir un aumento salarial y una promoción para su compañera sentimental, aguantó semanas de polémica y presión antes de dimitir, para garantizarse, entre otras cosas, el cobro de un jugoso bonus de más 400.000 dólares. Su reto consistía en aguantar en el puesto hasta junio. Misión cumplida.
Cobrar primero y moverse después. æpermil;sa es una práctica muy extendida en el sector financiero. 'En Londres es normal que entre el 20% y el 25% de la plantilla rote cada año', comenta el encargado de recursos humanos de una firma. En España nadie quiere hablar de cifras, pero lo cierto es que la abundancia de trabajo en el sector ha provocado que la fecha posterior al cobro del bonus genere auténticos quebraderos de cabeza para las entidades. 'Es raro que una persona con una edad que ronde los 30 años y varios años de experiencia no reciba varias ofertas de trabajo al año', comenta el socio de una firma especializada en la búsqueda de talentos.
Los años de bonanza tanto económica como bursátil han surtido efecto. El sector disfruta de una situación de empleo casi total y los especialistas están de enhorabuena. 'En banca de inversión, Bolsa, o fusiones y adquisiciones, el que quiere cambiarse de trabajo se cambia. Ahora es muy difícil reforzar un equipo en el segundo y tercer nivel. En el primero, los puestos son más escasos y las posibilidades de moverse también son más reducidas', explica Ignacio Maza, socio de la firma de cazatalentos SpencerStuart.
En definitiva, un sector en ebullición del que quedan lejos los llantos desconsolados de empleados recién despedidos, imágenes tan comunes en los años de crisis posteriores al estallido de la burbuja tecnológica en 2000, cuando cada viernes muchas firmas de inversión se veían forzadas a despedir empleados para lograr capear el batacazo de la Bolsa.
Hoy las posibilidades para mejorar son numerosas. 'Desde 2003 hemos tenido años muy activos y nuestra experiencia es que cada año supera al anterior. Efectivamente, una vez cobrado el bonus se realiza el cambio y en el primer trimestre se producen muchísimos movimientos', explica Carlos Dafoce, socio de la firma de cazatalentos Korn Ferry International.
No es de extrañar. En el área de la banca de inversión un sesgo muy grande del sueldo depende de esta retribución variable. 'Muchas firmas tratan de realizar las incorporaciones en enero porque un especialista como, por ejemplo, un operador de derivados, genera muchísimo dinero y gran parte de su sueldo va en función del bonus. Es más complicado contratar si se tarda', comenta Dafoce. 'Los bancos de inversión más puros tratan de asegurar el pago del bonus a finales de enero, aunque aquellos con patas comerciales lo alargan más. Algunos lo retrasan a marzo y en cierta medida es un efecto defensa. El que se va entonces trata de negociar un bonus garantizado que le asegure una retribución por los meses que trabaje', añade.
En España es muy común que el pago se realice en febrero o marzo -las entidades extranjeras suelen distribuirlos a finales de enero-, por lo que en abril y mayo las plantillas de las firmas se ven forzadas a adaptarse a la salida o llegada de trabajadores
Pero no todo es cuestión de dinero. La calidad de vida o la seguridad son aspectos que cada vez valoran más los que optan por un cambio. La oleada de movimientos empresariales que vive el sector financiero a nivel mundial también está influyendo al acelerar la salida de trabajadores de aquellas empresas más susceptibles a recibir una oferta de compra.
La difícil tarea de retener empleados en épocas de bonanzas
Fichar a a un ejecutivo se puede convertir en un verdadero quebradero de cabeza. En el mejor de los casos, siempre que no se den contraofertas o arrepentimientos, el tiempo medio que pasa desde que una firma inicia la búsqueda para un puesto de trabajo vacante hasta que se produce la incorporación puede situarse entre dos y tres meses. De ahí, la importancia de retener trabajadores, especialmente los que cuentan con una mayor cualificación.En momentos de ciclo económico como el actual, , frenar la huida de talento se ha convertido en una obligación para muchas empresas, forzadas a implementar medidas de defensa.La búsqueda de incentivos para el trabajador se está imponiendo cada vez más entre las entidades financieras para tratar de asegurar lealtad. Y uno de las medidas que más se está fomentando en los últimos tiempos consiste en incorporar al salario sistemas de retribución diferidos en el tiempo. Primar la permanencia o ligar cierta parte del bonus a los años en la empresa se empieza a extender entre diferentes compañías. Aún así las empresas no consiguen frenar la fuga de ejecutivos.
Dejar la banca de inversión para crear una empresa está en alza
El sector financiero está en en plena ebullición y los cazatalentos encuentran cada vez más complicado localizar a gente valiosa que esté dispuesta a moverse. La escasez de especialistas se explica en parte por la huida de talento a otras áreas. El creciente peso del capital riesgo en el mapa económico ha convertido a estas empresas en un reclamo más que atrae trabajadores.Dejar la banca de inversión para constituir una empresa propia es otra tendencia al alza que también lleva a muchos altos ejecutivos a crear sus firmas especializadas o boutiques. Incluso el boom de los hedge funds ha llevado a otros a aventurarse por esos derroteros. El ciclo acompaña y, de momento, toca tirar de talonario. La inflación de salarios es un hecho.Los quebraderos de cabeza para las empresas, además, tampoco quedan ahí. Los temas de competencia entre entidades son otro obstáculo.'En banca se dan cada vez con más frecuencia periodos de preaviso de unos tres meses por temas de competencia. Esto supone que el nuevo fichaje se tiene que quedar en su casa ese plazo para alejarle de conflictos en materia de asuntos confidenciales', explica Maza, de Spencer Stuart.