Sin vértigo en zona de máximos
Vía libre. El mercado se ha sacado la espina del Standard & Poor's 500 y destila optimismo. Mucho tiempo llevaba dicho índice peleando con las cotas alcanzadas en 2000, y hoy transmite la sensación de que superado este obstáculo, los que quedan no pueden ser mucho más engorrosos. Siempre que la complacencia hace su aparición por el mercado hay que ponerse en guardia; no para vender necesariamente, pero sí para poder aprovechar las subidas y limitar el riesgo de caídas.
En todo caso, el mercado de hoy transmite la sensación de estar encarrilado. Tiene el perfil típico alcista, cuando las noticias sólo se valoran de una forma: positivamente. Baste como ejemplo el dato del PIB estadounidense. El peor desde 2002 pero la Bolsa aún tira. Y un día puede amanecer negro en Oriente, con la Bolsa un 6% a la baja, y terminar bien en los mercados estadounidenses. Por si fuera poco, Eon dice que tiene nada menos que 60.000 millones de euros para realizar inversiones. Un anuncio un tanto sorprendente, pues si se trata de hacer compras, la propia comunicación ha encarecido notablemente las presas potenciales, pero el mundo empresarial se mueve a veces por criterios no solamente económicos.
En China se abren cuentas de valores a un ritmo escalofriante: 22 millones en cinco meses, 4,4 millones al mes o 146.000 al día. La temporada de bonus ha sido fructífera en Londres y Nueva York y la revista Barron's da cuenta de que 140.000 personas quieren obtener este año el certificado de analista CFA, cuando en total hay menos de 100.000. Son días de vino y rosas para la industria financiera, y es normal que la fiesta atraiga a cada vez más gente.
Y la liquidez. La palabra que lo dice todo y no dice nada. Hay dinero, sí, es el dinero el que mueve las opas, el que dispara las acciones chinas y el que paga las salidas a Bolsa de dos en dos. Pero hace un mes había liquidez y los mercados españoles sufrieron de lo lindo. El dinero es traicionero, y es fácil quedar hechizado hasta que sea tarde para despertar.