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Banca privada

Altae prevé abrir más sucursales y estudia oportunidades de compra

Altae, la filial de banca privada de Caja Madrid, tiene previsto iniciar una segunda fase de expansión dentro de España. La entidad, que cuenta con una red de 9 delegaciones y 4 direcciones generales, se plantea abrir más oficinas, pero no de forma masiva ya que su principal objetivo es dar apoyo a los clientes de grandes patrimonios de la caja. Altae explora otras alternativas de crecimiento, como las compras, aunque fuentes de la entidad reconocen que las oportunidades son muy escasas.

La expansión exterior también tendrá que esperar, a pesar de que el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, ha afirmado en varias ocasiones que una de las prioridades de la entidad es dar el salto fuera de España. 'Es una opción, pero a medio plazo', afirman fuentes de la caja.

Altae, que ocupa el séptimo lugar en el ranking en este negocio, contaba en abril con un volumen de recursos de 5.210 millones de euros, lo que supone que ha multiplicado por cinco el patrimonio que gestionaba en 2002. De esa cantidad, un 38% del dinero pertenece a clientes del grupo Caja Madrid, mientras que el 62% restante procede de otras entidades de la competencia.

Objetivos

Para este año, la filial de banca privada se ha marcado como objetivo alcanzar los 6.000 millones de euros en recursos y obtener un beneficio antes de impuestos de 11 millones. En 2005, ganó 7,42 millones y hasta abril su resultado acumulado se cifraba en 3,64 millones.

Estas estimaciones están basadas en el potencial de crecimiento de la banca privada en España, ya que, según Altae, de las 200.000 familias con grandes patrimonios sólo el 25% es cliente de entidades especializadas.

En los últimos cuatro años y medio, Altae ha conseguido prácticamente duplicar su número de clientes, que ha pasado de 2.676 en 2002 a situarse el pasado abril en 4.536. El patrimonio medio de cada cartera se sitúa en 1,15 millones de euros, frente a los 419.000 euros de 2002.

Fuentes de la entidad señalan que están analizando la posibilidad de elevar el umbral mínimo para ser considerado cliente de banca privada, situado en 300.000 euros. Podría subir hasta el medio millón de euros.

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