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Internacional

Portugal se enfrenta hoy a la primera huelga general en un Gobierno socialista

El Gobierno que preside con mayoría absoluta el socialista José Sócrates se enfrenta hoy, tras dos años en el poder, a su primera huelga general convocada por el sindicato mayoritario Comisión General de Trabajadores de Portugal (CGTP) en protesta por la política económica y laboral del Ejecutivo, tanto en el sector público como en el privado. Es también la primera huelga general convocada durante un Gobierno socialista desde la restauración de la democracia en 1974.

El impacto de esta huelga, la quinta general desde 1974, dependerá de la adhesión a la misma del sector de los transportes. Los sindicatos apelan a la adhesión en masa y acusan al Gobierno de intentar "intimidar" a la participación de los trabajadores, implementando unos servicios mínimos, en su opinión, desproporcionados por lo que los han recurrido ante el tribunal de trabajo, aunque la respuesta solamente se conocerá después de la huelga.

UGT no apoya la huelga

Además, la CGTP acusa al Gobierno de "intimidar" a los trabajadores de la función pública al realizar listas en las que se identifican a los que se suman a la huelga. En el sector privado, esta protesta general podría tener menos incidencia ya que no es apoyada por la Unión General de Trabajadores (UGT). Aunque es probable que afecte a empresas como Autoeuropa de Citroen, cuyos sindicalistas ya

anunciaron que esperaban una gran adhesión, aunque no para reclamar nada a la empresa, aclararon, si no en protesta por las políticas del Gobierno.

Esta huelga surge cinco años después de la última, que también fue convocada por la CGTP, y que tuvo una adhesión del 90% según los sindicatos y del 15% según el gobierno, que por aquel entonces era socialdemócrata.

Contra la flexibilidad en los contratos laborales

La CGTP llama a los portugueses a la huelga para protestar por "el desempleo galopante, la precariedad laboral, los bajos salarios, las desigualdades e injusticias sociales" y principalmente, argumentan, por la política que quiere implantar el Gobierno socialista de mayor flexibilidad en los contratos de trabajo y dar mayor seguridad a quien se queda en el paro, la llamada "flexiseguridad".

A esto hay que sumar los problemas en torno a la función pública, como la congelación de los ascensos automáticos o la movilidad de los trabajadores.

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