Previsiones con cautela
Lejos de apaciguar su dinamismo, la tasa de avance del PIB sorprendió en el primer trimestre, con un 4,1%. Después de un crecimiento imparable desde 2003, cabía pensar que el ciclo estaba más que maduro y empezaría a dar señales de agotamiento en 2007, máxime cuando se daba por descontada la desaceleración de la construcción y del consumo, puntales del crecimiento en los últimos años. No ha sido así. La inversión y el sector exterior han tomado el relevo y las previsiones de Gobierno y analistas para el conjunto del año se han quedado cortas. Muchos gabinetes de estudios e instituciones ya se han decidido a revisarlas al alza. Es cuestión de tiempo que lo haga el Gobierno. Quizá esperarán a conocer los datos del segundo trimestre para ir sobre bases más seguras, pero mucho tendría que bajar el tono económico en el segundo semestre para que el aumento del PIB no supere sus excesivamente cautelosas previsiones (3,4%).