El nuevo Gobierno francés prepara rebajas fiscales para impulsar el crecimiento
El nuevo Gobierno francés planea aprobar un paquete de reformas económicas el próximo verano, en un intento por acelerar el crecimiento (situado en el 2,2%), según anunció ayer el primer ministro François Fillon.
El Gobierno prevé rebajar los impuestos sobre las horas extras y para la mayoría de las herencias; y establecerá ciertas deducciones por el pago de hipotecas.
Asimismo, el nuevo Ejecutivo planea crear 'un escudo fiscal' para limitar que la suma de impuestos directos (renta y patrimonio) no superen el 50%, explicó Fillon. 'Propondremos una serie de medidas fiscales y financieras para provocar un verdadero shock para impulsar el crecimiento', dijo Fillon en una entrevista con Europe 1.
Fillon y su ministro de Cuentas Públicas, Eric Woerth, indicaron que como consecuencia de esos proyectos, podría haber una pausa en la tendencia a la baja del déficit presupuestario y de los niveles de deuda, pero aclararon que la meta de reducir ambos indicadores se alcanzará durante los cinco años de mandato del nuevo presidente Nicolas Sarkozy.
'A finales de este año nuestra meta es tener un punto extra de crecimiento, estar en un 3%', declaró Fillon.
Sin embargo, para aprobar las reformas, el Gobierno derechista debe primero ganar las elecciones parlamentarias el próximo mes.
Eurogrupo más fuerte
Pero estas reformas no son los únicos cambios en materia económica que quiere el nuevo gobierno galo. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, propuso ayer en Bruselas que el Eurogrupo (formado por los países miembros de la zona euro), se convierta en un 'auténtico gobierno económico'. Para ello, avanzó que Francia hará pronto propuestas concretas en este sentido.
En cualquier caso, Sarkozy quiso adelantarse para acallar miedos, y precisó que esta idea de reforzar el Eurogrupo no atentará contra la independencia del Banco Central Europeo (BCE).
Sarkozy también volvió a insistir en que la firma de un tratado simplificado, 'es la única solución' para sacar rápidamente a la UE de la 'parálisis' generada tras el rechazo de Francia y Holanda al proyecto de Constitución.