Grosería, realismo y Rusia

La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, mantendrán reuniones con Vladimir Putin el miércoles para intentar relajar las recalentadas tensiones Este-Oeste (…).

Estará bien escuchar a Putin tras su último arrebato grosero, en el que hacía una comparación tácita entre Estados Unidos y la Alemania nazi. Pero si la retórica se ha rebajado un punto, todos los conflictos permanecen intactos.

No se han tendido puentes visibles en las espinosas diferencias en asuntos estratégicos, como la independencia de Kosovo, las sanciones a Irán o los nuevos misiles estadounidenses en Europa. Ni ha habido una resolución a los múltiples conflictos económicos pendientes en la cumbre ruso-europea de esta semana (...), que van desde el veto de Moscú a la carne polaca a las quejas de Lituania sobre las poco fiables entregas rusas de petróleo.

Para la UE, parte del desafío es convencer a antiguos satélites soviéticos como Polonia que su aversión justificada por Rusia no puede convertirse en un veto permanente a los acuerdos con Moscú. Para Washington, significa aprender a actuar como un socio en las materias en las que Rusia realmente tiene intereses e influencia.