El Ibex desafía nuevas cotas
El mercado ha acogido con satisfacción unas cuentas de las empresas en el primer trimestre que superaron con creces las previsiones de los analistas. El beneficio al alza del 34,9% de las empresas del Ibex coincide así con el nuevo asalto del índice a sus máximos históricos, con el convencimiento generalizado entre los expertos de que los resultados son la principal fortaleza de la mayoría de las compañías del selectivo. Y lo mejor de esos datos es que, a pesar de haber enlazado 12 trimestres consecutivos de beneficios al alza, prácticamente todos por encima de los dos dígitos, las empresas no dan síntomas de agotamiento, impulsadas por la buena coyuntura.
Un panorama como el actual, de beneficios históricos, grandes operaciones, expansión internacional y crecimiento orgánico sólido y ordenado presenta un horizonte despejado de nubarrones. Conviene, sin embargo, no ignorar dos factores de cara al futuro. Por un lado, el notable peso de los resultados atípicos en la evolución del primer trimestre, que puede flexionar a la baja su próxima evolución, y, por otro, que la extraordinaria expansión de las empresas las ha obligado a pedir dinero a los bancos, lo que aumenta su exposición, o a sus propios accionistas para financiar sus operaciones. Esto último explica por qué los porcentajes de crecimiento del beneficio por acción no consiguen igualar en muchos casos los de los resultados.
Los expertos consideran difícil que los beneficios puedan mantener el ritmo marcado en el primer trimestre, y los analistas apelan a su previsión de que el aumento será más moderado este año que el 31% de 2006. Como es habitual, la misma línea de moderación esperan para el Ibex -entre el 5% y el 10%-, especialmente tras las revisiones a la baja por el desplome inmobiliario de abril. Los buenos resultados han servido, cuando menos, para templar los ánimos, aportar tranquilidad y volver a superar los 15.000 puntos camino de un nuevo récord histórico. A ello debe ayudar que, en términos de PER, el Ibex esté por debajo de su media histórica. Por lo pronto, ha ganado un 6,5% en lo que va de año.
A pesar de la indefinición sobre lo que puede deparar el futuro, el fondo del mercado sigue siendo sólido. Es decir, no hay nada que invite a la Bolsa a bajar. Más bien al contrario, al considerar que el marco de los movimientos corporativos no sólo no se reduce, sino que amplia el perímetro de los sectores implicados.
La buena coyuntura internacional es otro factor que puede impactar de forma positiva en los próximos meses, tanto en la evolución de las empresas como de sus cotizaciones. Los datos del primer trimestre han sido buenos en España, pero también en EE UU y, lo que es más importante, en el resto de Europa. Una dinámica actividad como la que se observa en las grandes economías de la UE es el mejor escenario para la empresas, pero también para los mercados bursátiles.
Con unos resultados que no lastran las cotizaciones y los movimientos corporativos en plena ebullición, el Ibex está destinado, salvo sorpresas imprevisibles, a seguir al alza. Y más porque cuenta con un combustible de reserva: los grandes blue chips, Telefónica, Santander y BBVA, aún deben recuperar su pleno rendimiento.