Justicia del Banco Mundial
Tras semanas de desagradables filtraciones y ataques de los medios, el consejo del Banco Mundial absolvió al presidente Paul Wolfowitz de actuar de forma no ética al seguir las instrucciones del propio consejo sobre cómo gestionar el conflicto de intereses que afecta a su novia. Y Wolfowitz, por su parte, dimitirá de su puesto en el banco al final de junio.
Hemos dicho desde el principio que las acusaciones contra Wolfowitz eran fabricadas y que el esfuerzo por quitarle el puesto era una cuestión política de los que se opusieron a su papel en la Administración Bush y una vendetta burocrática de los que se opusieron a su agenda anticorrupción en el banco. Esta visión se reivindicó con el comunicado que mostraba lo poco que las razones del caso contra Wolfowitz han tenido que ver con el resultado final (...).
Todo esto es la justicia del Banco Mundial. Para el resto, nos ha servido como una ventana a una institución que parece no observar otra norma que la de los intereses de unos mandarines sin responsabilidad que se consideran los dueños por derecho (...).
Hemos sugerido al ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker, que sabe de primera mano cómo funcionan las instituciones (...). Pero, cualquiera que sea, el sucesor de Wolfowitz debe primero limpiar el Banco Mundial, o cerrarlo.