Es hora de una charla franca con Putin
La cumbre semestral entre la UE y Rusia es probablemente una cita incómoda. A pesar de los valientes esfuerzos de Alemania, en la presidencia de la Unión Europea, para lanzar las negociaciones sobre un nuevo pacto de asociación, han emergido nuevas fuentes para bloquear los progresos. La realidad es que Moscú es, en gran parte, culpable de su actitud despótica hacia sus anteriores países dependientes (...).
Desde luego es de vital interés para ambos lados tener una relación armoniosa (...). Es incomprensible que Rusia encuentre dificultosa la relación con sus anteriores países vasallos. æpermil;stos están hipersensibles con cualquier indirecta amenazante, mientras Moscú les acusa de despertar actitudes antirrusas en Europa occidental (...). Puede que Rusia considere que la UE tiene pocas bazas negociadoras. Muchos países miembros, Alemania la primera, dependen de la energía rusa. Quieren hacer negocios con una Rusia rica en petróleo. Y quieren evitar darle razones adicionales para que vete en Naciones Unidas el plan para la independencia de Kosovo de Serbia. No obstante, la realidad es que Rusia precisa a la UE como mercado tanto como ésta necesita a aquélla. Ese es el mensaje que debe oír Putin.
Financial Times, Londres