La Francia empresarial entra en acción
A pesar de los muchos discursos y entrevistas que Nicolas Sarkozy ha dado en las últimas semanas, los planes del presidente electo para las empresas de Francia son todavía bastante desconocidos (...). El asunto más urgente es EADS (...). Se deben ajustar los costes en Airbus y el programa del superjumbo A-380 rediseñado (...). También está Gaz de France, la energética controlada por el Estado (...), en ruta hacia una privatización parcial y una posible fusión con Suez (...).
Detrás de las decisiones individuales sobre las compañías en las que el Gobierno todavía es accionista, se extiende una profunda convicción largamente establecida sobre que la industria debería, como servicio de Estado, ser usada como una herramienta en políticas económicas, sociales o diplomáticas. A cambio, las significativas compañías nacionales pueden ser protegidas de compras hostiles y recibir ayudas estatales si están en problemas.
Este enfoque es defectuoso. Protegiendo a las empresas del interés de los depredadores extranjeros y amortiguando las decisiones más duras, se fomenta la ineficiencia (...). Los franceses están todavía profundamente encariñados con el patriotismo económico (...). No hay señales de que Sarkozy vaya a realizar una ruptura dramática con algo tan preciado.