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Tribuna
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La televisión móvil: ¿la era del 't-commerce'?

El universo de la telefonía móvil ha dado un salto de gigante desde que en la década de los noventa se introdujo el concepto de forma masiva entre los usuarios hasta la reciente llegada del UMTS y los móviles de cuarta generación. Desde la tecnología analógica de los comienzos (no permitía la transmisión de datos) hasta equipararse con los sistemas de transmisión de datos ofrecidos por la telefonía fija. Esta revolución tecnológica explica que, en poco más de dos décadas, la telefonía celular haya conseguido niveles de penetración superiores al 100% en Europa durante el pasado año. Lo que significa que hoy no se concibe casi nada sin móviles.

A su vez, el mundo de la televisión ha experimentado un cambio de tecnología similar, que ha permitido pasar de la maquina disco de Nipkow hasta los sistemas de última generación HDTV. La llegada, además, de la televisión digital terrestre (TDT) ha sido el regalo estrella de las Navidades, con unas ventas superiores a los 900.000 receptores el pasado diciembre, que suman 3,8 millones sólo en 2006.

Ahora, ambos mundos, el audiovisual y el de las telecomunicaciones, empiezan a darse la mano. Desde el satélite, la televisión saltó al cable, tanto por fibra óptica como por ADSL, y ahora llega al teléfono. La última regulación de estándares europeos de la familia DVB ha permitido la aparición de las primeras televisiones interactivas (DVB-S / DVB-T) y del estándar de televisión para telefonía móvil: DVB-H. Dada la relevancia de ambos sectores, el cambio de redes y los procesos de convergencia entre la telefonía móvil y fija hacen presagiar que la televisión sobre el móvil puede ser lo que los expertos llaman killer aplication. Es decir, un negocio clave en un horizonte no muy lejano. La banda ancha en los móviles permitirá a los operadores ofertar los mismos servicios que hasta ahora (como internet) pero a mayor velocidad. Pero será la televisión la que abra un nuevo negocio que puede ser un filón.

Los grandes impulsores y los que definirán el futuro de este servicio serán los gestores audiovisuales, que ya han expresado su clara apuesta hacia este nuevo paradigma. De hecho, durante 2006 aparecieron los primeros contenidos específicos para la televisión sobre el móvil. Los agentes provenientes del mundo de la comunicación impulsarán los servicios de televisión en el terminal móvil, al que ven como una nueva vía para hacer llegar sus productos a una mayor audiencia. Los fabricantes de terminales, por su parte, también se han sumado como lo demuestra la incorporación de los estándares de televisión DVB-H a los celulares.

Las ventajas que ofrece la convergencia de plataformas y la disponibilidad de múltiples servicios en distintos dispositivos harán que el usuario final entienda y asuma este nuevo canal de comunicación como una extensión de lo que hoy tiene contratados en su hogar a través de su operador de cable o fijo.

Ahora bien, el operador tiene mucho que decir en este nuevo escenario, ya que será un servicio que tendrá que gestionar y explotar sobre la base de los servicios interactivos implantados y deberá ser capaz de obtener un beneficio. Los servicios interactivos que actualmente se pueden ofrecer son los de suscripción a canales temáticos, pago por visión, vídeo bajo demanda, nPVR, pero ahora nos encontramos en un escenario con nuevas vías de comunicación con el usuario, lo que potenciará los servicios de relación con el espectador: votaciones, juegos, etcétera.

Despunta la era del t-commerce, superada ya el e-commerce. En la actualidad las televisiones están ofreciendo este tipo de servicios a través de SMS o acceso a través de números 806. No obstante, es importante no olvidarse de algo tan fundamental como que los servicios y contenidos deben diseñarse específicamente para el nuevo canal, en lugar de intentar reaprovechar los ya existentes. Se deberá tener en cuenta el potencial de la personalización y por último se deberá realizar una inversión en usabilidad que facilite y acelere el uso del servicio.

Si el operador no es capaz de obtener beneficios, puede optar por lanzar la televisión interactiva utilizando su red UMTS y sin necesidad de contar con la difusión de DVB-H. Se convertiría así en el primer competidor de este estándar. Pero antes de hacerlo, tendría que sopesar las inversiones necesarias para ampliar la capacidad de la red, por si este servicio se convirtiera en un fenómeno masivo.

Por tanto, el operador tiene que conseguir rentabilizar la oportunidad que le ofrece la televisión sobre el móvil y explotar las nuevas oportunidades que le ofrece el mundo de los contenidos audiovisuales.

Manuel González Wic. Responsable de Ingeniería de Servicios de Telecomunicaciones de Indra

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