Sarkozy desata la polémica por sus vacaciones en yate privado en Malta
Francia se debatía ayer entre la cólera y la ironía por el lujo que ha rodeado los días de descanso del recién elegido presidente, Nicolas Sarkozy, quien se presenta como el 'presidente del pueblo'.
Tras una cena en el exclusivo restaurante Le Fouquet's y una estancia en un hotel en los suntuosos Campos Elíseos el domingo para celebrar su victoria, Sarkozy embarcó el lunes en un jet privado de su amigo, el multimillonario empresario francés con intereses en medios de comunicación Vincent Bolloré, envuelto en el máximo secreto.
El nuevo presidente de Francia había anunciado su intención de descansar unos días para aclimatarse a sus nuevas funciones, que asumirá el 16 de mayo. Finamente ha pasado unos días en un crucero por el Mediterráneo con base en Malta a bordo de 'La Paloma', un yate de 60 metros, también cortesía de Bolloré, en compañía de su mujer, Cecilia, de uno de sus hijos y de varios colaboradores.
El 'lujo gratuito' de sus vacaciones, como clamaban ayer sus detractores, ha desatado tal polémica que los diez días de descanso concluyeron ayer mismo. Sarkozy respondió a las críticas del secretario del Partido Socialista (PS), François Hollande, por 'estar en el barco de un hombre rico de negocios sin que sepamos si es la República la que está pagando el desplazamiento'.
Sarkozy aseguró que respecto a su viaje que 'no había costado un céntimo a los contribuyentes'.