Infraestructuras para rediseñar las ciudades y ¿sumar votos?
El soterramiento de la carretera de circunvalación M-30 en Madrid genera la disputa entre los candidatos
En estos días, en la televisión se pasa un anuncio de una conocida marca de coches en el que aparece una pareja joven requiriendo al supuesto promotor de unos terrenos casi desérticos la construcción de una nueva ciudad con amplias avenidas, sitio para aparcar, un río navegable y un casco histórico con catedral incluida. El vendedor da el visto bueno a la petición, pero cuando se le pregunta por el plazo de entrega responde: '40 o 50 años, aunque esto ya se sabe, es cuestión de meter dinero y máquinas'.
A menor escala, pero lo cierto es que numerosas fuentes consultadas quieren ver ciertos paralelismos entre dicho spot y lo que se ha hecho desde el Ayuntamiento de la capital, gobernado por el PP, con el proyecto Madrid Calle 30. 'Se ha apostado por rediseñar el centro de la ciudad en apenas tres años y medio con una inversión millonaria que elevará la deuda por encima de los 6.000 millones de euros este año, un 50% más de lo permitido en la ley de haciendas locales', dicen.
Precisamente el corto plazo de los trabajos y el aumento del endeudamiento de las arcas municipales han sido los dos argumentos más esgrimidos por la oposición al equipo que dirige el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón para descalificar la remodelación de esta infraestructura.
La pregunta ahora es saber si esta clase de actuaciones sumará o restará votos el próximo 27 de mayo. Las apuestas se decantan mayoritariamente por lo primero. Y es que los dos grandes partidos, PP y PSOE, estaban de acuerdo en lo fundamental: la M-30 debía reformarse entera. Discrepaban en la forma y el calendario.
La situación de esta circunvalación al inicio de legislatura era la de un viario permanentemente colapsado, incómodo para los usuarios y con un elevado nivel de accidentalidad. Según reconocen desde el Consistorio, todos esos factores además empujaban a muchos conductores a utilizar las calles interiores de la ciudad, contribuyendo de ese modo a la saturación del centro. Por ello, el objetivo del equipo de Gallardón era mejorar la seguridad de esta vía para disminuir de manera radical su accidentalidad. Se pretendía configurar a la remozada M-30 como un anillo protector del centro urbano, de manera que sea capaz de atender al mayor número posible de trayectos medios del municipio, despejando con ello las calles de la almendra central.
La propuesta que llevó el PP a las anteriores elecciones incidía además en la necesaria recuperación del río Manzanares como espacio de disfrute para los ciudadanos, igual que ocurre en las grandes capitales europeas como Londres o París. Así, el soterramiento de calzadas y la reforma del viario, que culminaron ayer con la inauguración del último tramo, conllevarán la generación de 31 hectáreas de nuevas zonas verdes, así como la recuperación de 20 hectáreas actualmente deterioradas y de imposible disfrute.
Será la mayor transformación que se acomete de una ciudad en la historia reciente de España, sin que medie para ello ni una exposición universal ni la celebración de unos juegos olímpicos. No obstante, para que los vecinos y visitantes puedan disfrutar del resultado habrá que esperar aún al menos otros dos años (ver recreación virtual).
Esto explica que la relación de los madrileños con este proyecto haya sido de amor-odio. 'Al principio los vecinos nos increpaban duramente, ahora hemos logrado que nos feliciten y no hay mayor recompensa que ésa', asegura el jefe de obra de una de las grandes constructoras adjudicatarias.
Las críticas siempre se centraron en los esfuerzos que debían realizar los ciudadanos para convivir diariamente con las molestias de las obras. 'Es como cuando una familia decide reformar toda su casa, pero tiene que seguir viviendo en ella', comenta un vecino. La esperanza de la ciudadanía y, por qué no, de los políticos es comprobar si habrá o no merecido la pena. Ya lo dijo el actor Danny de Vito tras visitar Madrid: 'será una ciudad maravillosa cuando encuentren el tesoro'.
Coste de 4.600 millones y 35 años de plazo
Todas las grandes cifras de este proyecto son de vértigo. El coste de los trabajos difiere, según sean las fuentes consultadas, pero parece existir cierto consenso en que alcanzará los 3.700 millones de euros, cifra que se elevará a los 4.600 millones si se computan como coste del proyecto los pagos que el Ayuntamiento deberá realizar a la sociedad Madrid Calle 30 por gestionar la infraestructura durante 35 años.Más de 6.200 trabajadores han participado en las obras, siendo el 47% españoles y el resto de hasta siete nacionalidades distintas.
Más crecimiento económico y empleo
La reforma y soterramiento de la M-30, el proyecto más emblemático del alcalde de Madrid, ha recibido en estos años numerosos varapalos, como las objeciones planteadas desde Bruselas por la ausencia de estudios que midieran el impacto medioambiental.Sin embargo, ninguna de las denuncias interpuestas por distintos colectivos logró paralizar las obras. En cualquier caso, también ha habido lugar para los elogios y los reconocimientos. La Universidad Complutense de Madrid elaboró recientemente un estudio en el que evaluó los impactos socioeconómicos que tendrá la nueva infraestructura, una vez que esté culminada por completo. La principal conclusión del informe sostiene que el ahorro en los tiempos de viaje, la disminución de la contaminación y el descenso de la siniestralidad serán algunos de los principales efectos que hacen a una obra de esta envergadura 'rentable, pese a su elevado coste'.Pero además, el análisis cuantifica la repercusión que tendrá la nueva vía en términos económicos. En conjunto se crearán 83.000 empleos y se generará más de 6.700 millones que se agregarán al valor añadido bruto (VAB) de la ciudad, lo que representa un avance en términos relativos del 4,5% y el 7,8% respectivamente sobre la situación que existía antes del inicio de los trabajos. El 90% de estos efectos se producirá antes de 2012.