Los hogares enganchados sólo al movil se disparan
Línea gratis, empaquetamiento de productos, tarifa plana para llamadas... La agresividad de las operadoras de telefonía fija no ha tenido límites para protegerse de la invasión del móvil en su territorio natural: el hogar. No ha funcionado. Por primera vez, el número de viviendas que prescinden del fijo y sólo tienen móvil supera al de aquellas que optan únicamente por la forma más tradicional de comunicarse.
Ya son el 16,1%. De cada 100 viviendas, hay más de 16 donde sus habitantes han optado por prescindir de la forma más antigua y teóricamente más fiable y barata de comunicación telefónica. Tienen móvil y con eso les basta. El teléfono fijo, con sus necesidades de instalación y su cuota mensual, ha sido desterrado. El nombre técnico para la sustitución del fijo por el móvil en ámbitos de dominio aparente del primero es canibalización.
Los datos son del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la tendencia que muestran no deja lugar a dudas. La primera vez que esta institución apreció la importancia del avance del móvil en el hogar y decidió medirlo fue en 2003. Entonces la supremacía del fijo era todavía contundente; de lo que prescindían una de cada cuatro casas era del móvil, que sólo era elegido como forma única de conexión en el 8,7% de los hogares.
La situación se mantuvo parecida en 2004 y en 2005 comenzó el vuelco que se ha constatado en 2006. Por primera vez, las viviendas que sólo disponen de móvil han superado a las que únicamente tienen fijo, que caen por debajo del 10%. El dato cobra mayor importancia si se tiene en cuenta que el INE sólo califica de vivienda la que tiene consideración de principal, de forma que las segundas residencias -casas de veraneo, no ocupadas...- quedan fuera de la encuesta.
En estos momentos, sólo dos tipos de vivienda mantienen una primacía del fijo sobre el móvil: las que tienen uno o dos ocupantes. A partir de ahí -es decir, en cuanto el número de personas que están en ese hogar baja la edad media de los habitantes-, el móvil se vuelve imbatible.
De poco están sirviendo, según se deduce de los datos, las agresivas campañas y ofertas de las operadoras de telefonía fija para prevenir este efecto. Las propuestas de alta de línea gratis que hace regularmente Telefónica o las ofertas empaquetadas de banda ancha con tarifa plana de llamadas tienen como objetivo frenar el avance del celular en el hogar.
También buscan esta meta los recién lanzados teléfonos duales, que operan a través de la red fija en el hogar y automáticamente migran a una infraestructura móvil en cuanto el usuario sale de la vivienda. La finalidad de este terminal no es otra que la de dar al usuario un teléfono con el mismo aspecto y funcionalidad que el móvil, pero que al ir por la línea fija en la vivienda impide que se pierda para la operadora tradicional ni un minuto de comunicación a manos de los rivales celulares. Hasta ahora, sin embargo, el verdadero reclamo para la línea fija ha sido la banda ancha. Sin par de cobre o red de cable quedaba descartada la posibilidad de una conexión a internet a alta velocidad. Y esta realidad es cada vez menos cierta. De forma tímida y con problemas de capacidad, el móvil está haciendo un gran esfuerzo para sustituir al fijo también en este campo y convertirse en la fórmula estrella de conexión a banda ancha inalámbrica. Es la tecnología de tercera generación, que permite conectar un módem o una tarjeta al ordenador y convertirlo en una salida a internet.
De momento, todavía existe un problema de precio y fiabilidad, pero las últimas iniciativas de Telefónica y Vodafone en este campo están llamadas a mejorar estos parámetros.
Las grandes perdedoras en esta pelea son las operadoras que sólo tienen negocio de fijo e internet. Las compañías integradas, que suman telefonía tradicional y móvil, sólo ceden por un lado lo que ganan por otro, tal y como le sucede a Telefónica. Por ello, la batalla de las firmas monotecnología en los últimos años ha sido el impulso de regulaciones que abran las redes de las telefónicas celulares y permitan el acceso a ellas a través de un alquiler. Son los llamados móviles virtuales y ése es el camino que han emprendido en España compañías de telefonía fija como Ono o Jazztel, que ya tienen o van a tener en breve operaciones de móvil.