La sueca Iqube exportará a España su incubadora de empresas en 2010
La empresa privada sueca Iqube alberga en sus instalaciones más de 45 proyectos emprendedores. Allí les dotan de herramientas empresariales para crecer durante 18 meses. Pretenden exportar su idea fuera de Suecia a partir de 2010 y uno de los primeros objetivos sería España.
Iqube recupera la fórmula de la incubadora de empresas surgida en la época de la burbuja tecnológica. La empresa sueca creada por Johan Staël von Holstein en 2004 impulsa el crecimiento de proyectos de emprendedores. Iqube les dota de estrategias empresariales y les pone en contacto con los inversores para lanzar el proyecto en 18 meses. 'Nosotros sostenemos al emprendedor para que él sólo se ocupe de sostener su proyecto', asegura von Holstein.
En un piso en el centro de Estocolmo, varios largos pasillos con habitaciones acristaladas convergen en una pequeña sala de estar con cocina. Son estancias luminosas pero modestas. Cada salita de este piso acoge a una pequeña empresa. Johan Staël von Holstein se disculpa por la fealdad de los muebles y las instalaciones viejas. 'Pero es gratis. Nos echan en dos años. Eso es lo que necesita un emprendedor al principio, un sitio barato y apoyo para empezar su proyecto', explica.
Las premisas de la incubadora son claras y evaluables. No todo el mundo puede pertenecer a Iqube. 'Para aceptar un proyecto, evaluamos fundamentalmente al emprendedor, su actitud ante su idea. Además valoramos sus motivaciones principales y las ventas del producto aunque estoy convencido que con la actitud adecuada, cualquier idea vende', explica Holstein, al que sus colaboradores llaman el emprendedor de emprendedores. 'Intentamos promover tipos de empresas distintas, de mujeres emprendedoras, de inmigrantes', explican.
Para cada idea, trazan un plan exclusivo. 'Nuestra estrategia reduce el tiempo de madurez de una idea de tres o cinco años a 18 meses', explica el sueco fundador. De este modo, reducen el riesgo de los inicios y es más fácil que los inversores y las sociedades de capital riesgo se interesen por las ideas. De momento, han atraído un monto de inversiones de 5,5 millones de euros para sus emprendedores.
El cubo es la clave. Para este sueco, cada participante de una pyme en formación debe aportar un perfil profesional diferente. 'La multiculturalidad es el éxito del conjunto porque un creativo no tiene las mismas ideas que un comercial o que un programador. El conjunto, las caras del cubo son la clave', detalla el fundador.
Por eso, Iqube es un cubo donde los distintos empresarios pueden contrastar ideas y ayudarse en sus innovaciones. En este momento, albergan a 35 compañías, todas tecnológicas o de internet, y estaban a punto de entrevistar a 10 más para entrar.
En su nueva ubicación, en el parque tecnológico de Kista, a las afueras de Estocolmo, están preparando la introducción de hasta 100 proyectos. Holstein pretende aprovechar el modelo de franquicias para expandir su modelo de incubadora y crear entre 10 y 20 Iqubes para 2010 con una red de 1.200 empresas participadas.
Se paga con capital
La incubadora de empresas Iqube no es una fundación, es una empresa privada con 25 accionistas que aportan capital y a los que hay que dar cuentas y rendir beneficios. La manera de financiar la empresa sueca está muy ligada al desarrollo de sus emprendedores.'Al entrar en Iqube, los dueños de la incubadora nos quedamos entre un 1% y un 10% del capital de la empresa y mantenemos el porcentaje cuando se marchan de nuestras instalaciones', explica Holstein. La media de participación es de un 4% aunque están en negociaciones con algunas para subir el capital hasta un 5% o un 30%.Además de las 85 empresas que han pasado por Iqube, la compañía cuenta en su cartera de asesores con un 'club de mentores' que asesoran voluntariamente a los emprendedores. 'Son una élite de 44 voluntarios con altos perfiles profesionales de distintos campos que prestan consejo', afirma Holstein.
Expansión
¦bull; El objetivo de Iqube sería llegar a las 200 incubadoras en 2020. Como no caben todas en Suecia, la pregunta es ¿dónde empezará la expansión internaciones?. Sorprendentemente, Holstein contesta en un perfecto castellano: 'mi corazón está en España'.