Tras la pista de un millón de Erasmus
Recuperar el contacto con aquel compañero de residencia alemán; averiguar qué fue de aquellos amigos noruegos ahora que por trabajo uno viaja a ese país una vez al mes; organizar una cena de reencuentro con el resto de españoles que disfrutaban de la beca... Un millón y medio de jóvenes (algunos ya han dejado de serlo) han estudiado en el extranjero durante los últimos veinte años gracias a la becas del plan de movilidad universitaria que la Unión Europea impulsa con el nombre de Erasmus (European Community Action Scheme for the Mobility of University Students). Pero si mantener el contacto con los amigos en una misma ciudad es a veces complicado, cuando éstos están desplegados por más de una docena de países ese pretensión se convierte en un reto. æpermil;sta es la situación a la que se enfrentan la mayoría de los ex erasmus.
Si bien los e-mails han mejorado notablemente la longevidad de estas relaciones, muchos han perdido el contacto y no saben por dónde empezar a buscar. En ese contexto ha surgido el portal www.erasmusOne.com. Lanzado a mediados de enero de 2007, sus organizadores aseguran que ya han conectado a miles de estudiantes entre sí. Muchos de ellos acuden atraídos por la nostalgia de una experiencia en el extranjero que definen como una de las mejores épocas de su vida: un periodo en el que, además de conocer otras culturas, se forjaron numerosas amistades internacionales.
La comunicación para ex erasmus es sólo parte del rompecabezas. Los nuevos candidatos están llenos de preguntas antes de partir: nueva cultura, nueva universidad, nuevo alojamiento... y ningún amigo al que preguntar. El servicio gratuito de www.erasmusone.com les permite contactar con futuros compañeros, o mejor aún, con veteranos llenos de experiencia. Para aquellos que actualmente están disfrutando de su intercambio, el portal les facilita la vida con un sistema automatizado para organizar fiestas (con confirmación de asistencia), blog personal, grupos privados con foros, álbumes de fotografías... la lista sigue y sigue.
Red social
Durante su estancia Erasmus en París, Miguel Mayher vivió en primera mano la separación de sus amistades. 'Eran mis amigos quienes habían hecho aquel primer semestre inolvidable. De repente cada uno estaba en un país diferente' dice el coordinador del proyecto. El segundo semestre empezó a construir una plataforma para mantener el contacto. La modesta iniciativa se convirtió en un proyecto de carácter internacional. 'Me obsesioné con la idea. Una red social para todos los estudiantes Erasmus: presentes, pasados y futuros'. Como el ritmo al que avanzaba no era suficiente, Mayher invirtió lo que le quedaba de la beca y el dinero que ganaba con prácticas en empresas. 'Quería crear un lugar que respirase el auténtico espíritu Erasmus, donde la gente pudiera ir y revivir la experiencia', concluye.