El plan de ajuste de RTVE, una negociación más que singular
A los 100 días de su toma de posesión, Fernández cierra los flecos de un ERE difícil de gestionar
A los 100 días de su toma de posesión como presidente de la nueva RTVE, Luis Fernández, y el equipo directivo de la corporación siguen todavía cerrando los flecos pendientes del plan de ajuste y saneamiento puesto en marcha en el antiguo ente público (contratados, excedentes, oposiciones, nuevas categorías). Un plan cuya medida más visible ha sido la aplicación de uno de los expedientes de regulación de empleo (ERE) más caros de la historia empresarial española, con un coste directo que oscilará entre 1.300 y 1.500 millones de euros y al que habrá que sumar 7.812 millones de la deuda histórica que asumirá el Estado.
Este ERE, que supondrá la salida de 4.150 trabajadores del grupo, el 44,3% del total, es fruto de una negociación a tres bandas (SEPI, dirección de RTVE y sindicatos) que fuentes participantes en el proceso no dudan en calificar de 'singular' y que ha arrojado como resultado un sistema de cálculo para las prejubilaciones 'complejo e inseguro' que puede convertir el modelo en 'ingobernable' a medio plazo.
Singular porque, frente a lo que ha sido habitual en otras empresas públicas, la SEPI no tuvo el control pleno del proceso, manteniendo discrepancias periódicas con la dirección de RTVE en distintas materias. Las consecuencias se ven ahora, con decisiones del equipo de Luis Fernández que enmiendan la plana a propuestas del holding público como el cierre de la catalana Ràdio 4.
Singular también, porque desde un principio se trasladó a los negociadores que la cuestión económica no iba a ser un problema para cerrar el acuerdo final. De hecho, la primera propuesta que llevó la SEPI a la mesa negociadora incluía prejubilaciones con el 105% del sueldo neto, al trasladar los términos del ERE pactado un año antes en Izar a RTVE sin tener en cuenta las diferencias de salarios medios entre un grupo y otro.
Un error que el holding público corrigió en el acuerdo final, que prevé prejubilaciones con el 92% del sueldo neto. Sin embargo este porcentaje será mayor en un gran grupo de trabajadores (llegando hasta el 102-107%) que podrán jubilarse a los 63 años de edad con la pensión máxima y, a la vez, seguir cobrando lo pactado con RTVE hasta los 65 años de edad.
Una negociación singular, en fin, en la que, a petición de los ejecutivos de Carmen Caffarel, no se fijó un tope al salario pensionable, lo que permitirá que algún directivo de RTVE, cuando cumpla los 65 años, se haya embolsado más de un millón de euros como prejubilado, superando muchos altos cargos los 100.000 euros al final del proceso.
O en la que el acuerdo sobre el futuro de los que ocupaban plazas en interinidad tuvo 'nombres y apellidos' para beneficiar a gente concreta vinculada a algún sindicato.
Los primeros problemas
La complejidad del modelo para calcular el complemento que percibirán los prejubilados de RTVE hasta los 65 años ya ha empezado a generar problemas: a muchos trabajadores no les salen las cuentas y ven que su prejubilación no llega al 92% del sueldo neto.Para empezar, la fecha de desvinculación de RTVE ya supone diferencias entre unos trabajadores y otros. Así, todos los que no salieron de la corporación el pasado 1 de enero tendrán una mayor carga fiscal a la hora de hacer el IRPF el año que viene por el efecto doble pagador (RTVE e Inem). Otro punto que también levanta quejas es la deflactación que se está aplicando en el cálculo del ERE, que va a hacer que las retenciones crezcan más rápido que lo que se revaloriza la prejubilación.El modelo beneficia, sin embargo, a los trabajadores vascos y navarros, por las ventajas fiscales de sus comunidades. Y es que, el porcentaje definitivo de sueldo que cobrará cada prejubilado dependerá, al final, de su saldo fiscal en el momento de su salida de RTVE.