Gimnasia laboral para cuidar el corazón
Levantarse para hablar en vez de usar el 'e-mail' permite bajar hasta cinco kilos al año
El gimnasio no es el único, ni siquiera el mejor lugar para practicar deporte y cuidar el corazón. Y eso que en los últimos tiempos se ha puesto de moda en el entorno laboral y cada vez son más las empresas que incluyen las instalaciones deportivas en el paquete de beneficios sociales para los empleados.
Tal vez no sea su caso. No se preocupe. La ciudad y la oficina pueden transformarse en un gimnasio improvisado con un poco de habilidad e imaginación. Sólo es necesario tomar conciencia de la importancia que el deporte tiene para nuestro organismo y no olvidar que el sedentarismo es el principal enemigo del músculo cardiaco.
Hay un montón de ejercicios que uno puede practicar mientras está trabajando. Algunos los explicó ayer el doctor Carlos de Teresa, presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Deportiva, durante la celebración de la Convención Internacional sobre Cardiología Laboral que patrocinó Ibermutuamur. De Teresa recomendó, por ejemplo, sustituir el envío de correos electrónicos por mensajes personales, pues un estudio reciente ha demostrado que el cambio de hábito permite, entre otras cosas, adelgazar al cabo de un año hasta cinco kilos de peso.
Los médicos aconsejan también realizar actividades tan sencillas y saludables como aparcar el coche a cierta distancia del trabajo y caminar entre 15 y 20 minutos antes de entrar en la oficina y cuando se acaba la jornada laboral, subir y bajar siempre por las escaleras, no permanecer más de una hora frente al ordenador, jugar con el reposapiés mientras se utiliza la pantalla, estirar las piernas dos o tres veces durante la mañana y la tarde y si es posible dar un pequeño paseo por las instalaciones a lo largo de la jornada. Y por supuesto, no llegar nunca a casa con el estómago vacío, 'porque cuando uno come con mucha hambre transforma en grasa todo lo que ingiere', recuerda De Teresa.
Caminar -y mantener firme y vigorosa la musculatura- es lo que los especialistas llaman un factor pronóstico positivo para el riesgo cardiovascular y es, a juicio de los expertos, incluso más saludable que machacarse en el gimnasio, sobre todo, cuando uno padece diabetes, hipertensión o colesterol alto. 'Para que el ejercicio sea beneficioso debe ser habitual y no fatigante, y si además se está en zona de riesgo, debe realizarse en dosis pequeñas y con menor intensidad', dicen los especialistas. A estos trabajadores se les recomienda olvidarse de la pesas, o tomar una que permita realizar entre 20 y 25 repeticiones por ejercicio. En estos casos, la natación es una alternativa excelente.
Los médicos consideran el mediodía un buen momento para acudir al gimnasio, siempre que no haga mucho calor, pues cuando bajan las temperaturas se queman más grasas. Lo importante, en cualquier caso, es no llegar en ayunas a la bicicleta estática. Las ventajas de la hora es que uno evita las copiosas comidas de negocios y vuelve apaciguado a la oficina: bajan los niveles de adrenalina, la agresividad se controla y se reduce el estrés. æpermil;ste tiene dos efectos sobre el envejecimiento, aumenta los niveles de cortisol y reduce las células del miocardio, un daño a largo plazo que no produce sintomatología.
Cifras
En el año 2005 se produjeron 126.862 fallecimientos por esta causa, el 33% de las defunciones. Un total de 39.300 muertes fueron por infarto y 34.739 por derrame cerebral. Causaron 1.403 accidentes y 98.639 jornadas laborales perdidas.
El 6% de los trabajadores está en zona de alto riesgo
Tienen entre 30 y 40 años, trabajan más horas de lo que el sentido común recomienda, consumen alimentos poco saludables y apenas realizan ejercicio físico. Este es el perfil de los trabajadores con alto riesgo de parecer un ataque cardiovascular grave. Nada menos que el 6% de la población trabajadora española, según el estudio presentado ayer en Madrid por Ibermutuamur, sobre una población de medio millón de individuos. Otro 1% de los empleados presenta un riesgo moderado.Según ha explicado el doctor Javier Román, coordinador del informe, estos trabajadores -sin conciencia de estar en zona de alto riesgo- tienen una probabilidad superior al 5% de parecer un evento mortal en el plazo de diez años. Su riesgo aumenta porque las patologías asociadas al corazón son asintomáticas y, además, estos ciudadanos no suelen acudir al médico.El análisis de la muestra confirma que la población laboral de cuello azul (trabajadores de taller o manuales) presenta una mayor prevalencia de factores de riesgo, síndrome metabólico y riesgo cardiovascular alto que la de cuello blanco, o trabajadores de oficina. Construcción e industria son los sectores más afectados.El informe aporta nuevas evidencias acerca de la relación entre el estrés laboral y las dolencias del corazón. Así se ha visto que el estrés aumenta un 17% la probabilidad de disparar los niveles de lípidos (grasas).En cuanto al riesgo territorial, de nuevo se cumple la paradoja mediterránea. Las regiones con mayor riesgo son Murcia, Baleares, Comunidad Valenciana, Canarias y Andalucía. Las más saludables, Castilla y León, Madrid, La Rioja y Navarra.
Radiografía de las enfermedades cardiovasculares
Factores de riesgo El 50% de los españoles tiene alto el colesterol, el 40% de los mayores de 35 años es hipertenso, el 36% fuma, el 12% de la población es obesa y el 63% de los mayores de 16 años consume alcohol de forma habitual y el 6% de los españoles mayores de 30 años tiene diabetes.Costes económicos Las enfermedades del corazón son responsables del 15% de los costes sanitarios totales y del 14% de la productividad perdida por mortalidad prematura, según datos facilitados por Ibermutuamur. El gasto total supera los 2.000 millones de euros, el coste de la productividad perdida ronda los 1.300 millones.Dieta preventiva Utilice aceite de oliva, consuma cada día dos o más raciones de verduras y hortalizas, coma dos o tres piezas de fruta diariamente, consuma legumbres y pescado azul tres veces por semana, tome frutos secos, coma carnes blancas y limite la ingesta de nata, mantequilla, bebidas azucaradas y bollería industrial.