'Todo el mundo necesita un gesto'
Campeón del mundo en 2005, imparte charlas sobre liderazgo
Es el entrenador español de balonmano que más lejos ha llegado. Hace dos años se proclamó campeón del mundo con la selección, y aunque en el torneo de este año han quedado en el séptimo puesto, sigue siendo una referencia como líder de equipos. Juan Carlos Pastor (Valladolid, 1968) intenta trasladar su forma de ver la vida y el trabajo a los profesionales que asisten a su charlas para empresas, en los escasos momentos que le deja libres el Valladolid, club que compagina con la selección y al que ha llevado a sus mayores logros deportivos.
¿Cómo surgió la idea de dar charlas?
Me lo pidieron en Renault. Luego las he dado en Ono, entre otras empresas. Esta semana toca Kellogg's.
¿Qué similitudes encuentra entre una empresa y un club deportivo?
Se trata de dirigir equipos, de liderar emociones, de concienciarse de que todas las partes son importantes: el directivo, los jugadores, el entrenador.
¿Cómo definiría su sistema de juego?
Es lo que yo considero nuestro producto estrella. Debe ser flexible, adaptable al rival, o sea la competencia, innovar todo el tiempo.
¿Cómo motiva a sus empleados?
Es importante que las personas se den cuenta de que tú trabajas como el que más. Yo pierdo el primero, pero ganar ganamos todos. Es fundamental la empatía, la comprensión. Todo el mundo necesita gestos. Y que los trapos sucios no salgan a la prensa.
¿Y qué les pide usted a ellos?
Si el trabajador cree en su empresa, trabaja intensamente. Hay que tener corazón, ser de algo o alguien. La primera pregunta a la hora de fichar es si quieren venir, porque quizás prefieren jugar en equipos mejores. Ha habido gente con contrato que no rendía, y les hemos invitado a irse.
¿Qué disciplina aplica en sus equipos?
Cosas como que nadie puede llegar tarde, no les puede sonar el móvil entrenado. Pero también soy flexible; si alguien rinde bien, aunque llegue tarde, le sigo poniendo. Pero no puede faltar un día entero sin avisar.
¿Qué otros problemas tiene que enfrentar un jefe?
Los de competencias, como los que puede tener un entrenador con un director técnico en un club; son similares a los conflictos que puede haber con el departamento de recursos humanos.
¿Qué valor tiene la conciliación de la vida laboral con la personal?
Es fundamental. Hace poco el club recibió un premio y sólo fuimos el presidente y yo. Acabábamos de venir de viaje y les dije a los jugadores que se fueran a casa. Eso sí, cuando tienen que ir, van; si tienen que vestirse de una forma determinada para un patrocinador, lo hacen.
¿A quién admira como entrenador?
Yo era fan de Cruyff, que daba espectáculo, tenía un estilo abierto, pero tenía sus normas. También me gusta leer a Valdano, a Vicente del Bosque, y en balonmano a Valero Rivera y Manolo Cadenas. Como jugador, Zidane, que sabía perfectamente cuando había que delegar. Cuando le cubrían dos jugadores rivales, la pasaba enseguida.
En el Mundial de este año quedaron séptimos. ¿Cómo se procesa la caída desde lo más alto?
Tuvimos un mal arbitraje en cuartos de final, pero nosotros no hicimos lo que debíamos, no jugamos bien en equipo. Analizas que lo que te ha dado los éxitos es el trabajo diario. Sin euforias ni depresiones.